Para los griegos, las sirenas eran mujeres aladas con cuerpo de ave. Pero los años pasan y la historia se confunde. La edad media reconfigura la mezcla y se consolidan los caracteres ictioformes. Mitad mujer, mitad pez, la sirena es mermaid inglesa, lady of the lake escocesa, meerfrau germana, mor-greg bretona, rusalka eslava y aún más. El mito también se confunde en África en las representaciones de Mami Wata, un poderoso espíritu del agua.
Llegó un tiempo en el que no alcanzaba con el relato de los navegantes para probar la existencia de las sirenas. Los trucos para convencer al público eran ingeniosos. Algunos usaban cadáveres de dugongs, un animal del género Sirenia pariente de los manatíes, esos animales rechonchos que visitan a Ricardo Montaner en su mansión de Miami y de los que el cantante postea fotos en sus cuentas de Instagram y Twitter. Otros usaban cadáveres de niños con sirenomelia, una rara condición congénita en la que las dos piernas se fusionan y suele ser fatal uno o dos días después del nacimiento.
Pero si alguien agrega un elemento interesante al engaño es Phineas Taylor Barnum, un tipo que se hizo millonario con el circo y su conocimiento del showbusiness americano. Barnum es el responsable de La Sirena de Fiji, una ingeniosa criatura creada con el torso y la cabeza de un mono joven cocidos a la cola de un pez y cubiertos con papel maché. Mujeres aladas con cuerpo de ave, seres mitad mujer y mitad pez, dugongs muertos, cadáveres de niños con sirenomelia o torso y cabeza de mono cosidos a un pez, el mundo de las sirenas está abierto a quién sabe qué nuevas combinatorias. Se me ocurre una al pasar: Montaner cogiendo con un manatí en su mansión de Miami, fundidos ambos cuerpos en un mismo ser.///PACO