1. Twitter cumple hoy oficialmente siete años. Todo lo que se puede decir sobre esta «red social» ya ha sido escrito y retwitteado en 140 y en millones de caracteres. Sería redundante hablar de la utilidad del servicio para el periodismo -o lo que queda de él-, el entretenimiento, o el triunfo de la democracia en Medio Oriente *risas*. También podríamos escribir largos párrafos de anécdotas personales vinculadas a Twitter, de legibilidad cuestionable. Ya se han creado películas (y se están escribiendo novelas) al respecto. Es, entre todas las cosas que es, la repetición de la ida del cántaro a la fuente.
2. ¿Qué se puede decir de Twitter que no haya sido dicho aún? Algunos volverán a contar la historia de la fundación de la empresa. Siempre quedan bien esos cuentos de jóvenes soñadores con camisas celestes y pantalones khakis, que con una buena idea pasan de ser nerds incogibles a empresarios exitosos. Les ahorro el trámite: cuenta la leyenda que en 2005 existía una empresa llamada Odeo, con una plataforma dedicada a crear, subir y difundir archivos de audio o podcasts. Era la época dorada de los blogs, antes de que YouTube explotara. Jack Dorsey, Biz Stone y Evan Williams trabajaban ahí cuando tuvieron la inspiración divina de crear un servicio para enviar mensajes cortos por SMS a un grupo reducido de personas, lo llamaron twttr, lo diagramaron en un cuadernito. El 21 de marzo de 2006 debutó como un servicio interno de la empresa y el 15 de julio siguiente abrió al público. Después un terremoto golpeó California, la gente se enteró por Twitter, y la sinergía inercial de Internet hicieron el resto del trabajo.
3. Hasta allí, la historia oficial. Pero si la historia la tuitean los que ganan, quiere decir que hay otra historia. Hay un cuarto hombre que no figura en la narrativa de la empresa, que estaba allí cuando todo comenzó y lo photoshopearon para sacarlo de la foto en un acto de stalinismo digital. Ese hombre es Noah Glass. Sabemos muy poco de él: que trabajaba en Odeo desde su fundación, que colaboró con la creación de Twitter, que lo marginaron cuando el proyecto comenzó a crecer. Que no publica en su blog hace cuatro años. Que su cuenta, @noah, reza «yo creé esto» y tampoco se actualiza desde 2011. Que puede estar vivo, muerto, o desaparecido. Que este es (¿era?) su rostro:
4. Glass fue uno de los principales fundadores de Odeo, junto a Evan Williams. Para fines de 2005 se dieron cuenta de que el mercado de los podcasts se estaba reduciendo: ni ellos los escuchaban. Comenzaron maratónicas reuniones para buscar alternativas al proyecto, o proyectos alternativos. Allí apareció Jack Dorsey y su idea de «estado». Él y Glass diagramaron el primer boceto en febrero de 2006: un servicio que permitiría mandar un mensaje de texto a un número, que lo reenviaría a todos tus amigos. Williams puso a Glass a cargo del proyecto. Era su proyecto. El primer prototipo de Twitter corría enteramente en su Thinkpad IBM. Él inventó el nombre. Todos los empleados de esa época recuerdan que Glass era el tipo más apasionado por la idea en toda la compañía. Tenía sus razones: cuando todavía funcionaba como un servicio interno de Odeo, los empleados mandaban tantos tweets que duplicaban sus gastos de teléfono. Uno llegó a gastar 400 dólares mensuales en SMS. Twitter comenzó a ser el foco de atención de la empresa. Se lo mostraron a sus inversores. A los inversores no les interesó.
5. «Estaba leyendo sobre cómo se comunica la gente en redes sociales, y viendo cómo la gente se trataba de comunicar, cómo los sistemas no estaban diseñados para hacer lo que la gente hacía con ellos. Pero la gente intentaba comunicarse de una cierta forma: no-sincronizada, no en tiempo real. Casi como la idea de blog. Al mismo tiempo, con Jack Dorsey estábamos mirando los modelos de grupos, cómo los grupos se forman. Juntamos algunas cosas para mirar la idea de «estado» y la idea de «grupos». Ahí tuve la idea: cómo se iba a llamar, cómo iba a estar diseñado. Este mecanismo de grupos con estados, todos basados en teléfonos, no en tiempo real. La idea era desprenderlo de Odeo, como algo independiente. Tenía esta sensación extraña, que nunca tuve antes: que esto era algo grande. Lo sentí desde el principio. La gente pensaba que estaba loco por la forma en la que lo trataba», recuerda Noah Glass en una muy recomendable entrevista con Business Insider.
6. La traición es uno de los peores crímenes en varios países. En la Divina Comedia, a los traidores se les reserva el castigo de ser devorados por Satán. En la ficción, desde Judas en adelante, la traición es una necesidad narrativa. Pero claro, la pasión de Jesús la escribieron Mateo y Lucas, no Judas.
7. En septiembre de 2006, Williams escribió una carta a los inversores y les propuso volver a comprarles sus acciones en la empresa que, según él, no iba a ninguna parte. Argumentaba que, a dos meses de su lanzamiento, Twitter tenía «sólo» 5.000 usuarios registrados, con un potencial poco claro. Los inversores accedieron y vendieron sus acciones por alrededor de cinco millones de dólares. Cinco años después, esas acciones valían mil veces esa cifra. Son los riesgos que tiene el capitalismo, especialmente al invertir en una start-up, y los que compraron y vendieron lo saben. Lo siguiente no fue agradable ni cordial. Nada que te haga ganar mucha plata lo es. Williams cambió el nombre de Odeo a «Obvious Corp.» y echó a Glass de la empresa.
8. «Si ustedes fueran los inventores de Facebook, ustedes habrían inventado Facebook», escupe Jesse Eisenberg en la piel de Mark Zuckerberg en una de las mejores escenas de The Social Network. Un film que habla de amistad, internet, traición, sexo, y de la complejidad de los conceptos de «idea» y «autoría». Un problema que ya existía cuando, Jack Kilby en Texas y Robert Noyce en California inventaron el circuito integrado al mismo tiempo, en 1958. O cuando Charles Darwin se inspiró en las teorías sobre evolución de las especies que le había enviado por carta un simpático científico australiano llamado Alfred Russell Wallace.
9. «Me sentí traicionado por mis amigos, por mi empresa, por esta gente en la que confiaba y con la que había trabajado duro para crear algo. Estaba confundido. Pensaba: ‘¿Cuál es el valor de construir estas relaciones si este es el resultado?’ Estuve mucho tiempo solo, trabajando solo. No aparecer en la historia fue difícil de aceptar al principio. Pero cuando me dí cuenta de lo que pasaba con el producto, esta cosa que ayudé a crear, me di cuenta de que no era sobre mí. La cosa es sobre sí misma. Twitter es un fenómeno y una herramienta masivamente benéfica, es increíblemente útil y ayuda a un montón de gente. Me di cuenta de que la historia no es sobre mí. Eso está bien», agrega Glass.
10. ¿Por qué Glass no sale en la foto? ¿Por qué Williams se quedó con la empresa y la gloria? Los empleados recuerdan que Glass era extrovertido, energético, impulsivo, y Williams un calculador frío. Otros sostienen que Williams tenía el efectivo para volver a comprar las acciones, mientras que el resto no. Twitter no habría existido sin Glass, pero tampoco sin Williams, o sin Dorsey, o sin el terremoto en California, o sin los inversores de Odeo. Pero existe, y es más grandes que todos juntos. «Todos los empresarios exitosos hacen enemigos en el camino», dijo una vez Williams. O, como rezan los afiches de The Social Network: «No se puede llegar 500 millones de amigos sin hacer algunos enemigos».///PACO