I
A veces incomodan, son suaves y sensibles, son lo que nos diferencia y se ve de lejos. Se siente en abrazos y en miradas. Antes gustaban más chiquitas pero hoy transitamos la era de las tetas enormes. Cuanto menos te entre en la boca, mejor. ¿Por qué tan grandes? ¿Por qué gustan tanto? Según Wikipedia el pezón humano es una protuberancia pequeña en la parte más o menos central del seno o mama que contiene entre 15 y 20 conductos lácteos dispuestos a su alrededor, está rodeada de un área de piel sensible y con una pigmentación más oscura conocida como areola. Se ha establecido su tamaño en aproximadamente 1 centímetro de diámetro y 1 centímetro de longitud. Su finalidad fisiológica en la hembra es la de abastecer al lactante de la leche que va produciendo las glándulas mamarias durante el embarazo y la edad de amamantamiento del infante. En el varón los pezones no se tienen en cuenta, aunque se han dado casos excepcionales de «lactancia masculina». El pezón y la areola son también zonas erógenas del cuerpo humano tanto para el varón como para la mujer. El estímulo de los pezones con leves caricias o lamidas puede llegar a ponerlos erguidos, uno de los síntomas de que la persona está receptiva para realizar el acto sexual, aunque también las temperaturas frías o la exposición al exterior tienen el mismo efecto, endureciéndolos.
II
Duros se ponen y sobretodo si son grandes. A veces bolsas, a veces sobrecitos. Las tetas llevan pezones y los pezones tienen mucho rock. Sienten y saben, cosquillean y se relajan. Me llaman más la atención los pezones que las tetas en sí, pero a los hombres no. Como mujer con grandes lolas, puedo asegurar que si la información es poder, las tetas son información. Mucha, toda junta, compactada y vestida en piel suave y amable. El hombre heterosexual toca y cae mientras vos sabés que cualquier cosa que pidas en ese instante seguro la conseguís. Pero hay que ser valiente porque provocar es de valientes. El beneficio es gustar. Gustar a quien quieras levantarte, porque antes de mirarte a los ojos, el 80% te mira los pechos. En el colectivo sucede, en las ventanillas del banco también. Abusar del escote trae problemas y su regulación es importante. No siempre es adecuado aunque debería ser necesario. En la góndola se vende lo que interesa y lo que interesa es lo que se ve. Parecer es más importante que ser y estoy segura que a Maquiavelo también le gustaban las tetas.
III
Pechos me parece una palabra horrible, al igual que lolas. Tetas es hermosa porque golpea dos veces. Se frena y vuelve a empezar, hace el recorrido en microsegundos y la lengua rebota en el paladar. Te. Tas.
IV
Calidez, lazos maternos, nostalgias. Leche con chocolate y chupadita simpática sudan la remera y se ponen duras por meses. Reposan en la gravedad y asumen un rol inevitable en el lazo de madre e hijo, será tal vez por eso su protagonismo a la hora de la conquista. Todos queremos volver a esa dulce y dormida sensación de siesta, adentro o afuera, con el dedo en la boca, respirando húmedo y babeando el hombro seguro y rígido del adulto. El hombre ama a la teta porque la teta es la madre y la madre es el hombre, o al menos una parte. Y si el hombre es la madre, y así como la mujer para Freud quiere y le falta un pito, el macho desea una teta. No en el pecho sino en la boca. Las razones son varias pero las opciones también. Al ser zona erógena es claramente un lugar delicado. No son botones ni pitutos sueltos, van conectados al cerebro casi directamente. La suavidad es clave, porque es clave el algodón y el mimo. No hagas ni creas que sos más poderoso que lo que ellas pueden producir y arrancá desde el nivel más bajo de sensibilidad. Probá. Todas las tetas son distintas. Todas las tetas, la teta.
V
Desnuda cambia mucho. El corpiño cumple el rol que cumple la ropa, tapar, ocultar, no insinúa, esconde porque el sexo es pecado y porque hace frío. Pero coger está mal, chuparlas está mal, es una locura que mires esa hermosa teta desnuda, da miedo que te enamores de una mujer por sus verdaderas gomas. El problema no es la teta sino el pezón. En las fotos y en las imágenes de la televisión y las revistas aparece como si la cara de un menor de edad, pixelado. Tapado con cuadraditos negros, pobrecito. ¡Menos mal que no me mostrás el pezón pero tengo que ver esa cara de primero te cojo y después te hago el desayuno mientras te miro así y te vuelvo a coger! ¡Menos mal que no veo la piel arrugadita y el botón que nos coloca en un pequeño viaje a los nervios!
VI
Tetas con estrías, tetas en la playa, tetas caídas, pesadas, suaves, blanditas, sutiles, grotescas, firmes, duras, hipócritas, sinceras, presentes, con miedo, gorditas, flacas, largas, circulares, planas, arrugadas, marcadas, rosas, blancas, negras, amarillas.
VII
Hay que mostrar más los pezones y dejar de mentir. Nada de lo que llevamos desde que nacemos es pecado, nada de lo que sentimos con profundidad es innecesario. Por algo existen los nervios, las cosquillas y las tetas. Y va el escalofrío, mientras te agarra de la espalda vos le tocás una mientras chupás la otra y entendés por qué te gustan tanto. No sentís tu cuerpo apoyado, sólo la boca y su recorrido. No hay otra cosa que eso que sucede allí, adentro tuyo y afuera de ella. Lengua, saliva, poros, dureza, suavidad y peso ////PACO.