1/ Si hablamos de “blindaje mediático” para el nuevo gobierno de Mauricio Macri, el término hace muchos años le encaja perfecto al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti. Tanto en los medios tradicionales como en los independientes existe un profundo silencio –sólo quebrado con la reproducción obsecuente de sus acciones- en torno al titular de uno de los tres poderes de la democracia argentina, tal vez el más fuerte de la tríada instalada por la Constitución de 1853. El comandante de la Corte Suprema tiene un poder casi ilimitado en la vida del país, y a la vez, es una fuerza que permanece en el tiempo esquivando los humores, elecciones y climas sociales. El desbalance entre la cobertura periodística que se le otorga al Poder Ejecutivo y al Legislativo en comparación con el Judicial es llamativo, y una deuda pendiente que, sin embargo, pocos reclaman.
2/ Podemos ensayar algunas explicaciones que no tienen que ver con la persona que lo dirige: por ejemplo, que es el más complejo de los tres cuerpos, y su estudio requiere habilidades y conocimientos que muy pocos periodistas tienen, y aún menos pueden explicar en términos simples al público lector sus intrincados mecanismos. También es cierto que su alcance es tan vasto como intangible y difícil de predecir, por lo que los comunicadores prefieren concentrarse en temas y noticias con impactos más precisos, medibles y efectivos. Pero, de todos modos, este blindaje también tiene que ver con un personaje ambiguo y difícil de comprender, que desafía los paradigmas maniqueos instalados en los últimos años de periodismo. Y, sobre todo, que las consecuencias de informar de manera ecuánime en general son incómodas tanto para escritores como para medios de comunicación y lectores.
Si hablamos de “blindaje mediático” para el nuevo gobierno de Mauricio Macri, el término hace muchos años le encaja perfecto al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti.
3/ Esta semana que pasó, Ricardo Lorenzetti fue noticia. Duró pocos días pero ahí estuvo. La diputada Elisa Carrió denunció que el presidente de la Corte tendría cuentas en el extranjero con dinero no declarado. La noticia salió en los principales medios reproduciendo la voz de Carrió. Cada artículo sobre el tema es prácticamente calcado de un parte de prensa emitido por la oficina de la diputada más alguna declaración exclusiva que, por decencia, algunos medios intentaron capturar. De la prensa gráfica saltó a la cobertura radial y televisiva, donde la misma Carrió se hizo cargo de la información. El asunto arrancó un martes y terminó un viernes con una entrevista en C5N. Cuando le preguntaron a Carrió de donde vendría el dinero no declarado de Lorenzetti la diputada contestó “pregunten en Rafaela”. La ciudad santafesina, como muchos saben, es la casa natal del jurista donde también desarrolló su carrera y desde donde saltó al tribunal máximo. La denunciante también optó por el silencio al momento de profundizar la noticia. Y así, la noticia se apagó. Como pasa con la mayoría de las denuncias legislativas, la cobertura empieza y termina en las declaraciones. Pero esta situación se hace más clara cuando sus dichos apuntan a Lorenzetti, un personaje que, a pesar de existir en la vida pública desde 2004, ningún medio o periodista de renombre investigó a conciencia.
4/ Las reglas de un blindaje mediático admiten algunas excepciones. Por ejemplo, los medios deben reproducir las noticias, es decir, las voces autorizadas que revelan información de interés público. Pero esa revelación termina en esa misma voz. Nadie va a continuar la investigación de Carrió, mucho menos en un contexto de “periodismo de carpeta”, donde nadie va a salir a buscar la info a la que apunta la legisladora, sino que, como mucho, los periodistas esperarán que alguien más se las proporcione en su mano ya digerida y aguardarán el momento en que su medio precise cuestionar al presidente de la Corte por razones extra periodísticas (políticas, económicas, devolución de favores) para publicarla.
Nadie va a continuar la investigación de Carrió, mucho menos en un contexto de “periodismo de carpeta”, donde nadie va a salir a buscar la info a la que apunta la legisladora.
5/ Conocí un periodista que quiso romper el blindaje. Viajó desde Buenos Aires a Rafaela buscando información que comprometiera al presidente de la Corte. Trabajaba para Revista veintitrés, el medio principal del moribundo Grupo 23 que durante el kirchnerismo fue un ferviente oficialista. Corría el 2009 y la administración de CFK estaba enfrentada al presidente de la Corte Suprema, si mal no recuerdo, por opiniones divergentes sobre el conflicto campo-gobierno que en ese entonces era la principal guerra del kirchnerismo. Me contactó porque ya nos conocíamos de una cobertura anterior en que lo había ayudado como “periodista local”, ya que en esos años yo ejercía el periodismo político en medios de Rafaela y la provincia de Santa Fe. Me pidió ayuda para encontrar información que lo ayude a “hacer una tapa”. Pasó un fin de semana en la ciudad y entrevistó a las fuentes que pude acercarle, que le contaron en detalle los negocios en el ámbito de la salud privada que el presidente de la Corte Suprema realizó principalmente en los años 90s y principios del 2000. Después de tres días leímos y analizamos juntos la información recopilada. Mi amigo (ya era un amigo en ese entonces) me dijo: “esto no alcanza, acá no hay delito, en todo caso es anti ético. No alcanza para una tapa”. Veintitrés quería incendiar la ciudad, tirarle con todo a Lorenzetti. Mi colega se fue con las manos vacías, o más bien llenas de algo que consideraba insuficiente. Sin embargo, no hubo una sola mención en las siguientes ediciones al caso, que si bien no alcanzaba para una tapa, podía ser una muy buena nota de interior. Nunca más recibí otra inquietud de otro periodista de algún diario porteño, a pesar que en los próximos años frecuentaría las principales redacciones. Sólo el diario Perfil me pidió alguna vez un suelto acerca del tema pero publicando información que a esa altura ya era pública. Nada de investigar de más, no presupuesto, no profundizar, no nada. El blindaje siguió ahí, tan impenetrable como siempre.
Al ganar el juicio, Lorenzetti pidió un embargo de la entonces enorme suma de 30 mil pesos, lo que Castellanos sólo podía pagar entregando la rotativa propia donde imprimía su diario.
6/ Cuando el kirchnerismo lo propuso como nuevo juez de la Corte Suprema en reemplazo de Adolfo Vázquez, el Diario Castellanos de la ciudad de Rafaela publicó un editorial asegurando que esa empresa impugnaría la nominación ante el Congreso de la Nación. ¿El motivo? Un par de años antes, representó como abogado al intendente del PJ Ricardo Peirone en un juicio por “calumnias e injurias” al Diario Castellanos que terminó ganando, una estratagema del político local para clausurar la única voz opositora a su gobierno en la ciudad. Al ganar el juicio, Lorenzetti pidió un embargo de la entonces enorme suma de 30 mil pesos, lo que Castellanos sólo podía pagar entregando la rotativa propia donde se imprimía. Con esta movida, el actual presidente de la Corte Suprema coronó una serie de asesorías y relaciones con el Partido Justicialista que se remonta a mediados de los 70s, cuando fue militante de la JP, pasando por los años 80s en los que colaboró con el pequeño justicialismo rafaelino, que finalmente llegó al gobierno en los años 90s consolidándose y gobernando hasta hoy. Cuando entré como redactor de la sección “Regionales” –noticias de los pueblos y ciudades que rodean a Rafaela- el director del periódico ya estaba analizando realizar un viraje en su política editorial producto del ahogamiento que resultó perder el juicio ante un Lorenzetti que no tuvo reparos en quitarle sus principales medios de financiamiento: la imprenta y la pérdida de auspiciantes que conllevó enemistarse con todos los poderes de la ciudad, acallando una voz crítica tanto para el gobierno con el que simpatizaba como a un medio que había denunciado otras movidas de dudosa ética en su carrera como abogado. Porque si bien cuando Lorenzetti ganó el juicio aún no era juez de la Corte Suprema ya era un hombre poderoso en la ciudad que lo vio nacer y crecer.
8/ Cuando leí lo de la impugnación, hablé enseguida por teléfono con uno de los entonces editores de Rosario/12, suplemento de Página/12 que se ocupa de las noticias relacionadas con Santa Fe. Si bien yo había trabajado para el medio sólo como redactor cubriendo las noticias sobre un Festival Nacional de Teatro que se había realizado en Rafaela hacía muy poco, me pareció que era mi deber informar al diario sobre la impugnación que sólo conocíamos quienes habitaban la ciudad. Rápidamente el editor desalentó mi idea de escribir un artículo. “¿Vos viste la tapa de Página/12 de hoy?”, me preguntó. Con el teléfono en la oreja revisé la página de internet y pude ver el titular central, que anunciaba una entrevista exclusiva al próximo juez de la Corte. “Ya está todo cerrado en Buenos Aires, a nosotros ni siquiera nos preguntaron si sabíamos algo de él”. El blindaje había nacido en el primer día en que se conoció su proposición. Su poder en Rafaela, que ya era bastante, se trasladaba ahora a todo el país.
¿Cómo consiguió tanto poder en la ciudad? A través de suculentos negocios en la atención privada de enfermos.
9/ ¿Cómo consiguió tanto poder en la ciudad? A través de suculentos negocios en la atención privada de enfermos. El tema lo profundiza el periodista rosarino Carlos Del Frade, que escribió y firmó un libro que se llama Salud, valores y esperanza, cuya edición independiente de dos mil ejemplares en el año 2010 se encuentra prácticamente retenida desde su presentación en algún lugar desconocido y sólo se consiguen algunas copias que se pasan de mano en mano, como la que recibí yo mismo días antes de escribir esta nota, censura atribuída por su autor al propio Lorenzetti. Del Frade consiguió sortear levemente el blindaje mediático y publicar algunos artículos sobre el tema en pequeños medios independientes u opositores al jurista. Inclusive él mismo cuenta en un video de youtube un encuentro con el propio presidente de la Corte Suprema, sugiriendo que le ofreció algunos miles de pesos a cambio de detener la campaña de difusión de esta información. Estos negocios son los mismos que se le revelaron a aquel periodista de Revista Veintitrés y nunca se publicaron.
10/ En el libro de Del Frade se cuenta que Lorenzetti fue socio fundador de APREME, una gerenciadora que trabajaba con el PAMI, un negocio que durante el kirchnerismo fue desactivado, en una estructura que la ex titular del PAMI, Graciela Ocaña, definió como “intermediarias parásitas en el sistema de salud” atribuyéndoles a sus acciones el desmanejo que llevó al desfinanciamiento a la institución de gobierno que garantiza la atención a los enfermos jubilados del país durante el inicio de la década. Cuentan que Lorenzetti realizó la ingeniería legal de un grupo societario de dueños de clínicas y sanatorios privados que monopolizó el negocio de la salud en Rafaela. Esta acusación, puesta así en este contexto, no parece muy grave. Pero, ¿qué significa monopolizar la atención médica en la región de Rafaela? La ciudad cuenta con cien mil habitantes, la región otros sesenta mil, y en todo este territorio sólo existe un hospital público, más algunos centros de atención primaria. Desde tiempos inmemoriales en Rafaela el Hospital Jaime Ferré se encuentra desbordado y falto de recursos, sobre todo en los años en que Lorenzetti fue socio de los sanatorios y clínicas privados. El Hospital es un lugar al que prácticamente sólo van las personas carentes de recursos y cuando pueden conseguir una cama. Y todavía hoy no se pueden realizar en él cirugías, intervenciones o estudios de alta complejidad. Por lo cual, el grupo al que se lo vincula a Lorenzetti monopoliza la atención médica compleja, teniendo cautivo a un universo de 160 mil pacientes potenciales mínimos, entre los que se incluyen decenas de obras sociales y sindicales. Este panorama habilita a que los médicos incluidos en este sistema vivan como una especie de rock stars, hombres públicos y prestigiosos que cobran honorarios exorbitantes y aprovechan toda clase de intersticios legales para cobrar extras, desde los famosos “plus” hasta estafar a obras sociales por intervenciones quirúrgicas y estudios costosos que no son realmente necesarios o pueden reemplazarse por tratamientos económicos.
Todo el que conozca la historia de los años 90s sabe que las empresas gerenciadoras como las que Lorenzetti fue socio obtenían el 13% de ganancia neta de todas las gestiones que realizaron ante el PAMI.
11/ Todo el que conozca la historia de los años 90s sabe que las empresas gerenciadoras como las que Lorenzetti fue socio obtenían el 13% de ganancia neta de todas las gestiones que realizaron ante el PAMI. De APREME, la gerenciadora que en los años 90s y principios de la década pasada actuó en Rafaela, Lorenzetti primero fue empleado y luego socio. Pero a muchos –como a mí- les costará visualizar el verdadero alcance de todo esto. Hace poco vi una serie en Netflix que ilustraba bien la situación: Better Call Saul. ¿La vieron? El origen del abogado de Walter White en Breaking Bad, ese jurista que comienza su carrera como estafador y, ya como abogado, utiliza toda clase de recursos legales que bordean o rompen la barrera de la ética para conseguir sus fines. Sin embargo, a pesar de sus dudosos métodos y reputación, logra desactivar a un grupo de empresarios de una clínica que quitaba dinero a sus afiliados generando sobrefacturaciones injustificadas y cobrando tratamientos innecesarios. La diferencia con la realidad es que para las gerenciadoras argentinas ponían la guita no los usuarios sino el Estado a través del PAMI. Y que el abogado, luego de hostigarlos con medidas legales, terminó convirtiéndose en su aliado. La tesis doctoral de Ricardo Lorenzetti se llamó “Responsabilidad civil de los médicos” y fue publicada por Rubinzal-Culzoni en 1986, y quienes lo conocieron en aquella época cuentan que sus primeros pasos como abogado fue defender a pacientes en casos por mala praxis –que en su tesis ocupa al menos un extenso capítulo- ante los mismos médicos que, tiempo después, se convertirían en empleadores del abogado y finalmente en sus socios en las gerenciadoras del PAMI, empresas que perpetuaron durante casi una década los abusos que el propio Lorenzetti describía en su tesis.
12/ Esto fue denunciado por Del Frade en su libro financiado por la Asociación Médica del Departamento Castellanos, la gremial de los médicos de Rafaela y la Región que, con profesionales que tenían un enfoque social para su trabajo y no quisieron ingresar en los monopolios médicos de los que participó Lorenzetti, intentaron oponerse al modelo creando un sistema de atención propio que incluyó un sanatorio de primer nivel en el corazón de Rafaela. Esta la institución, junto con Diario Castellanos, fueron de las muy pocas entidades que presentaron impugnaciones ante el Congreso de la Nación cuando Néstor Kirchner lo propuso a Lorenzetti como Juez de la Corte Suprema de Justicia. Mientras la gremial argumentó su complicidad en un modelo que dañó la administración pública y encareció la atención de enfermedades, el periódico señaló su relación con un proceso judicial que llevó a la quiebra del diario, censurando la única voz de todo el país que criticaba a su persona y revelaba información incómoda que, si bien no era muestra del delito, marcaba una fuerte contradicción ética en el personaje encargado de impartir justicia en nuestro país.
13/ En esta historia podemos hacer algunos considerandos. Si bien la información publicada por Del Frade y los médicos gremialistas es importante, el libro “Salud, valores y esperanza” es una obra confusa y desprolija, no presenta los datos claramente y se pierde en la jerga legal, médica y hasta progresista empañando la lectura y nublando la importancia del rol del director del tribunal máximo en el entramado. A su vez, es muy condescendiente con el papel de la gremial médica rafaelina, que también utilizó una ingeniería legal muy cuestionable para hacer sus propias movidas. En el afán de oponerse a Lorenzetti, finalmente utilizaron las mismas armas que él, y es por eso que finalmente los médicos empresarios de las clínicas y sanatorios privados desactivaron lo hecho por la Asociación Médica del Departamento Castellanos con una serie de juicios y procesos legales en los cuales los médicos opositores fueron corridos del escenario. En estos procesos fue necesaria la utilización de un órgano de prensa que exhibiera las debilidades de la Asociación Médica ante la población rafaelina y desactivara el prestigio conseguido. Este órgano fue el mismo Diario Castellanos. El medio opositor a Lorenzetti fue comprado por un simpatizante del juez máximo y puesto al servicio de los intereses revanchistas de aquellos que fueron impugnados por él.
El medio opositor a Lorenzetti fue comprado por un simpatizante del juez máximo y puesto al servicio de los intereses de quienes fueron impugnados por él.
14/ Hacía dos meses que yo era empleado en la redacción de Diario Castellanos cuando este volantazo editorial sucedió. Una noche mi editor general apareció con unos papeles que le había pasado “una fuente importante”, me dijo. Eran todos los documentos necesarios para destruir a los opositores de Lorenzetti. Él mismo redactó un artículo y fueron publicados. Rápidamente el diario entró en una guerra con la Asociación Médica y, a la vez, en el círculod e confianza de Lorenzetti. En los pasillos del diario se decía que la fuente había sido el propio Lorenzetti y los socios rafaelinos que seguían manteniendo negocios en conjunto. Esto fue en el año 2007. No tardé mucho –sólo un año- hasta conocer quién los había traído. Se llamaba Guillermo Remonda. Su abuelo había sido senador provincial por el PJ y él estaba casado con una millonaria dueña de una empresa láctea de la ciudad. Un hombre viejo y siniestro, vinculado por amistad y cercanía de clase a los médicos que apadrinaron a Lorenzetti luego de que dejara de ocuparse de casos de mala praxis para empezar a colaborar con el armado de la gerenciadora APREME. Remonda se presentó como un “amigo” del dueño del Diario y, en un principio, visitaba amablemente la redacción para charlar con los periodistas. Tiempo después comenzó a participar informalmente de las reuniones editoriales. Al tiempo, su voz controlaba lo que el diario publicaba y su presencia en el periódico era cotidiana. Todo el tiempo dejaba claro que él hablaba por teléfono con Lorenzetti y que era “su amigo”. Quienes lo escuchábamos nunca supimos si esto era cierto, pero de todos modos cuidaba los intereses del presidente de la Corte en lo publicado en el diario. Exigía que publicáramos las fotos del jurista y escribiéramos artículos y editoriales obscenamente alabatorios, además de reproducir la información que resultaba perjudicial para los opositores el juez. Por supuesto, Remonda cuidaba sus intereses personales, ya sea su relación cambiante con el gobierno local o lo que publicaba el periódico acerca de los conflictos de la láctea donde su esposa era socia. Fue por diferencias sobre estos asuntos y no sobre el tema Lorenzetti -en el que mi opinión y escritura estaban censurados ya que los artículos sobre él y sus temas llegaban escritos por manos anónimas- por las cuales en mayo de 2009 me despidió de palabra. Como el despido no se hizo efectivo y la tensión laboral se hizo insoportable, finalmente renuncié. Desde entonces supe por terceros que el verdadero dueño del diario fue expulsado de la empresa y el medio adquirido por Remonda y algunos socios o testaferros -quienes desde entonces y hasta hoy controlan línea editorial – ya hace tiempo es parte del blindaje mediático que beneficia a Lorenzetti. El diario La Opinión, competidor de Castellanos en Rafaela, tampoco publica información comprometida sobre el titular de la Corte, tal vez por miedo, por precaución, o simplemente continuando una política timorata que lo caracterizó siempre.
15/ Al momento de escribir este artículo, aún no tengo claro cómo continuó esta historia, de la que dejé de leer artículos y recibir información en 2011. Jamás volví a leer una crítica a este jurista elegido por Néstor Kirchner en 2004. En Rafaela muchos cuentan que el ex presidente cerró su ingreso a la Corte Suprema durante su única visita oficial a la ciudad, en alguna habitación del céntrico Hotel Parra, paradójicamente propiedad de una familia vinculada a los socios de Lorenzetti en las empresas gerenciadoras en los años 90s y principios del 2000. También se cuenta en voz baja sobre la cercanía del jurista con los personajes del PJ local, inclusive un actual concejal de ese partido pertenece al grupo al que se le atribuye cercanía. De todo esto no existen pruebas fehacientes más que el rumor popular, pues ningún periodista local o foráneo intentó profundizar estas investigaciones. Yo tampoco lo hice, solamente puedo contar lo que sé, lo que leí, lo que escuché, y hace tiempo decidí no continuar las indagaciones. Personalmente creo que el blindaje mediático del que disfruta Lorenzetti es tan poderoso que mi voz resultaría una gota en el océano, sumando a que ningún medio quiere financiar una investigación de semejante calibre, a pesar de que todos los diarios, portales y revistas donde trabajé saben de mi conocimiento del pasado del presidente de la Corte.
¿Será el dinero obtenido por estas asociaciones a lo que la diputada Carrió se refería cuando decía a los periodistas de TN que pregunten en Rafaela?
16/ ¿Será el dinero obtenido por estas asociaciones a lo que la diputada Carrió se refería cuando decía a los periodistas de TN que pregunten en Rafaela? La verdad, no lo sé. Intenté comunicarme con la oficina de la diputada para preguntarle mientras escribía este artículo, pero no tuve éxito. Hay muchas preguntas que se desprenden de esta historia, y muchos testimonios que quedan pendientes, por ejemplo, los de médicos que quisieron competirle al grupo societario de Lorenzetti y quedaron fuera del juego. Tal vez a la publicación de este artículo reciba alguna información que me aclare el panorama un poco más, o alguna fuente que decida dar su nombre. Si es así, y la información es chequeada y resulta fidedigna, pienso volver a escribir y publicarla en Paco, donde siempre escribí con libertad, o en el medio que se vea interesado en el tema. Mientras tanto, creo que el blindaje mediático del que disfruta Lorenzetti sólo tiene posibilidades de quebrarse cuando algún sector político tenga alguna cuenta pendiente con el presidente de la Corte Suprema y entonces deje caer una carpeta con información a algún periodista que corra a publicarla como si fuera la panacea. No me interesa convertir a Revista Paco y a mí en agentes de las disputas políticas, me interesa conocer la verdad, sea cual sea, detrás de quien tiene la última voz en la justicia argentina.
Néstor Kirchner lo eligió para cumplir el rol más importante del poder judicial por su gran capacidad para soportar presiones de forma elegante.
17/ Mientras tanto, siempre me pregunto cuál será el verdadero objetivo de Lorenzetti al mantenerse en su cargo de presidente de la Corte Suprema. Hasta donde se es un tipo bastante simple. Pasa sus fines de semanas en Rafaela, la ciudad que lo acobija desde siempre. Sus llegadas a Buenos Aires son transitorias a pesar que trabaja ahí desde 2004. Hace no mucho compró una casa quinta en las afueras de Rafaela donde actualmente pasa su verano. Hasta ayer mismo lo vi haciendo footing con una remera deportiva celeste acompañado por una hermosa señorita (hace tiempo que es divorciado). Le gusta salir a comer en los restaurantes rafaelinos céntricos, y a tomar alguna copa en los bares nocturnos durante la trasnoche. En Buenos Aires se lo puede encontrar cenando en restaurantes de perfil muy bajo, como uno que está en Sanchez de Loria y Rivadavia. Los que lo conocen dicen que no le gusta la exposición mediática. Sus placeres son simples, no se le conocen fabulosas estadías en el exterior o lujos excéntricos, no maneja autos muy diferentes a los importados que se ven comúnmente en Rafaela, una ciudad de alto nivel de vida en general por su poderoso entramado productivo-empresario. También se sabe que tiene una excelente relación con su madre, que vive en una modesta vivienda de un barrio céntrico, donde el propio Lorenzetti nació, creció y vivió hasta su primer matrimonio. Un amigo que lo conoce más o menos de cerca me dijo mientras caminábamos juntos hablando de la personalidad del juez máximo que su verdadero placer es el ejercicio del poder, que alguna vez Néstor Kirchner lo eligió para cumplir el rol más importante del poder judicial por su gran capacidad para soportar presiones de forma elegante, su entereza para enfrentarse a los grandes poderes, lo que se puede ver todos los días, ya que tanto los Kirchner como Magnetto lo temen y lo respetan. Mi sospecha es que sus ambiciones simples son también su fortaleza, que el secreto de su éxito es precisamente esa ausencia de vanidad, su afección por resaltar con brillo opaco dentro de su propio pueblo -donde se sabe respetado y mantiene más cerrado que en ningún otro lado el blindaje de su imagen- su mente fría y calculadora, su convicción en las formas de pensar y actuar aún cuando sus enemigos lo señalen con el dedo desde que llegó al cargo que ostenta hoy. No sabemos cuál será su futuro, aunque alguna vez hablé con gente de su entorno íntimo judicial y les pregunté si les parecía que quería postularse a Presidente de la Nación. Eran tiempos en que comenzaba a ser un hombre respetable, un peronista moderado inteligente con el perfil ideal para una derecha liberal eficiente y modernizadora. Con una sonrisa que pude adivinar detrás del teléfono, su asesor me dijo que la pregunta no era si quería ser presidente o no, sino cuándo sería el momento para que haga ese, su próximo movimiento//////PACO