“Operación Cabeza de dragón” llamó el equipo de Patricia Bullrich al desbaratamiento de la denominada «mafia china», agrupación que extorsiona a comerciantes de origen oriental a cambio de «protección» y utiliza sicarios de diversos países latinoamericanos. La ministra de Seguridad resaltó que el accionar policial tuvo como fin brindarle «paz y trabajo para la comunidad china que vino a trabajar a la Argentina». Tal vez estas operaciones no sean casuales. Al menos no ahora que el gobierno necesita bajo todo punto de vista afianzar la idea de un proyecto inclusivo. De modo similar al desmantelamiento de la joyería falsa de los inmigrantes africanos, o el de los manteros de bolivianos de quitan trabajo a los inmigrantes peruano bolivianos esclavizados en los talleres clandestinos de la avenida Avellaneda. La ministra afirmó que el desbaratamiento de la organización criminal «implica una gran tranquilidad» para toda la ciudadanía y, sobre todo, «para los chinos que están instalados con sus supermercados». Es interesante pensar que la operación, además de apuntar a la cabeza del dragón, apunta directamente al corazón de los argentinos.

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Es interesante pensar que la Operación Cabeza de Dragón, además de apuntar a la cabeza del monstruo, apunta directamente al corazón de los argentinos.

Para la Astrología mundana, rama que se ocupa de pensar los países como organismos energéticos, la República Argentina nació el 9 de julio de 1816 a las 12:00 pm en la provincia de Tucumán. La declaración de la Independencia parece ser un hito de suficiente relevancia como para instalar el nacimiento de un país. Esto, desde luego, es cuestionable. ¿Por qué deberíamos considerar este momento y no, por ejemplo, el 25 de mayo de 1810? Una posible respuesta sería que, a partir de la elaboración de ese acta, la Argentina pudo generar una estructura de gobierno realmente independiente de la madre patria. Por este motivo la Argentina es del signo de Cáncer. Cáncer es una energía tribal, por ello, para esta energía no existe el individuo si no es a partir del “nosotros”, del mismo modo, los de afuera pueden ser peligrosos. Ahora bien ¿Cómo se piensa un país con estas características? ¿Quiénes constituyen la Argentina? Con seguridad no son sólo los indios que sufrieron las invasiones europeas. Mas bien podemos pensar que argentino es aquel que nació después del 1800 en este punto geográfico y también aquel al que ese grupo de personas dejó entrar posteriormente.  De más está decir que un país canceriano no dejará entrar a cualquiera. Las fronteras serán, como las del cangrejo que simboliza esta energía, una barrera infranqueable. Internamente, por el contrario, la sustancia gelatinosa que lo conforma generará un estado de confusión y ensimismamiento en el que será muy difícil determinar quién es quién.

Cristina Fernandez

Si pensamos en las dos Argentinas que hay que unir, por un lado aparece la que se siente dueña y por el otro la que quiere serlo.

En este caso será la Luna en Capricornio (función planetaria que concibe las necesidades primarias de base) la encargada de determinar qué es lo correcto. El abandono, el sentimiento de soledad y la frialdad para con lo afectivo, son las características principales de esta energía. Pero, como dijimos, la República Argentina nació en Tucumán. El jardín de la república, una geografía abundante y prometedora que, paradójicamente, es una de las provincias con mayor índice de desnutrición del país. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que la Luna en Capricornio deja solo al indefenso. Mientras que el Sol en Cáncer recibe a todos como sus hijos. Estas dos energías son opuestas. De esto se deduce que, al menos energéticamente, haya dos argentinas. La Argentina emocional y la Argentina del trabajo, la Argentina de la integración y la Argentina del mérito. Si pensamos en las dos Argentinas que hay que unir, por un lado aparece la que se siente dueña y por el otro la que quiere serlo. La inextinta división entre el Interior y Buenos Aires, que no es otra cosa que la eterna batalla entre Unitarios y Federales, muestra, una vez más, que este hay dos cangrejos afilando sus tenazas. Esta división, desde luego, no es solo geopolítica: los negros del interior versus los blancos de la capital, los inmigrantes de los países limítrofes versus los new arrivals de Europa.

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Plutón, el dios romano del inframundo, se pasea por los pasillos del senado. En la carta natal de la Argentina este planeta está en el signo de Piscis.

Esta oposición es visible en el eterno enfrentamiento de clases y en la permanente necesidad de ubicar a la clase media. Dentro de un contexto polar, el medio no existe. La clase media es, fundamentalmente, una utopía desde la que se pretende establecer un criterio moral a través del discurso de la integración. La clase media, además, opera como criterio aspiracional de un estrato social que se identifica con la pertenencia al suelo que sus padres labraron y del que ahora deberían gozar los privilegios sin ensuciarse las manos. El ascendente de nuestro país, es decir, la energía que resulta del horario de nacimiento y determina de alguna manera su aprendizaje, es Libra. Libra es la energía encargada de exacerbar la polaridad, aunque de manera ideal representa el amor y la justicia. Dos cosas que, justamente por aparecer en el área destino, los argentinos deberemos aprender si queremos zurcir la grieta. Porque, según quedó demostrado en las últimas elecciones presidenciales, la argentina parece estar cada vez mas simétricamente divida. Las elecciones 2015 marcaron un cincuenta por ciento de cada lado. ¿Cómo entran los funcionarios en este contexto? La Argentina tiene en el lugar de los funcionarios y organismos públicos al planeta de la destrucción y la transformación. Plutón, el dios romano del inframundo, se pasea por los pasillos del senado. En la carta natal de la Argentina este planeta está en el signo de Piscis. Esta energía es integradora, amorosa y sensible, pero su aspecto negativo habla de estafas, engaños y vaguedad. Fernando de la Rúa, Néstor Kirchner y Cristina Fernández nacieron con el Sol en este signo. Mauricio Macri lo tiene en su Luna. Desde las elecciones presidenciales de noviembre del 2015 hasta mayo del 2017, hay un tránsito importante en este área de la carta. Es un punto astronómico de la órbita de la Luna y se lo llama, Nodos del Karma. Es lo que parece. El karma, como punto inferior desde el que se accionan causas generadas en el pasado, pasa por el mismo punto cada diecinueve años aproximadamente. Este ciclo, de algún modo, reactualiza temáticas de ese momento. Llamativamente se los denomina Cabeza y Cola de Dragón.

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El presidente actual encarna un arquetipo de gobernante casi de la realeza, fotografiándose en campos y hoteles de lujo, casi de revista Hola. ¿Cuál será el karma de los funcionarios argentinos, entonces?

Diecinueve años antes, la Argentina transitaba la segunda presidencia de Carlos Saúl Menem. De acuerdo a esta división Unitaria-Federal, el caudillo de la Rioja quien, llamativamente, es de Cáncer, no se parece al hijo venido de Italia que encarna el actual mandatario, que es de Acuario y por ello, al igual que casi todos los porteños, cree pertenecer más al extranjero que a su propia patria. Así, mientras el ex-presidente tuvo que ganarse al ciudadano del CABA recortándose las patillas y comprándose una Ferrari, al actual le basta con lucir su camisa celeste sin corbata. El presidente actual encarna un arquetipo de gobernante casi de la realeza, fotografiándose en campos y hoteles de lujo, casi de revista Hola. ¿Cuál será el karma de los funcionarios argentinos, entonces? El de Carlos es bastante evidente: en 1995 muere su hijo en un supuesto accidente, justo cuando el planeta Saturno (ley) está transitando sobre Plutón de nuestra carta natal. Mientras que a nivel social, para determinar el tipo de karma similar al actual, la fecha a tener en cuenta es la de enero de 1997. Es allí cuando ocurre un hecho que determinará algo que debe ser resuelto en términos colectivos. Este acontecimiento se trató de la muerte de José Luis Cabezas, secretamente atribuida a Alfredo Yabrán, quien se suicidaría al año siguiente, marcando el fin del tránsito kármico. El asesinato se estableció como un símbolo de necesidad de la libre expresión. Pero no solo eso, sino que las repercusiones del asesinato derivaron en cambios en el Gabinete del gobierno y en la pérdida de las elecciones del gobernador candidato presidencial del oficialismo.

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Más allá de la política neoliberal de ambos mandatos y el intento de despolitización en manos de la buena onda, es notable el vaciamiento educativo cultural de los gobiernos de quien leyó a Sócrates y de quien tiene las obras completas de José Luis Borges.

¿Qué más podemos esperar ahora? En lo que va del gobierno actual, un caso de características similares es la aparición mediática de los Panamá Papers. Un caso demasiado reciente como para poder ver las reverberancias del tema, pero en la que los medios de comunicación sin duda tienen un papel importante. A diferencia de aquel momento, la instancia actual muestra que las redes sociales están reemplazando cada vez mas a los medios de comunicación tradicionales. Por este motivo, el cuarto poder no parece tener el mismo impacto que tuvo en aquella oportunidad. Sin embargo, el acallamiento de las opiniones en manos de nuestras propias amistades podría pensarse como el mismo principio de resistencia kármico que vivimos como sociedad. Más allá de la política neoliberal de ambos mandatos y el intento de despolitización en manos de la buena onda, es notable el vaciamiento educativo cultural de los gobiernos de quien leyó a Sócrates y de quien tiene las obras completas de José Luis Borges. Las redes paralelas de las personas politizadas y quienes persiguen “el arte de vivir” se muestran cada vez más incomunicadas. El bloqueo del diferente, la exclusión del que no es como uno, la indiferencia ante las necesidades de los que menos tienen, la exacerbación del fitness en parques y plazas como otra de las formas de lo que se ve por sobre lo que está de fondo, marca un costado netamente capricorniano, que es lo mismo que decir anti-canceriano.

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Mientras continúe el tránsito de Saturno en Sagitario en la casa de los recursos y los bienes, el segundo semestre durará al menos un año.

La animosidad está puesta en las relaciones internacionales. La Argentina tiene a Saturno (figura de autoridad y padre) en el signo de Acuario, una energía altamente globalizada. La visita de Obama en marzo 2016 puede compararse, aunque de modo más modesto, con que realizó en 1997 el ex presidente estadounidense Bill Clinton, junto a su séquito: el canciller alemán, Helmut Kohl, el presidente francés, Jacques Chirac, y el emperador de Japón, Akihito. Este punto marca un avance energético importante con respecto al ahogamiento canceriano de los últimos años. Sin embargo, habrá que pensar qué sucede cuando el interior débil del cangrejo se ve expuesto a las poderosas estructuras externas sin su escudo protector. Por otra parte, la “meritocracia” es un término capricorniano por antonomasia. La nueva forma de las frases noventosas “winner” o “master”, este discurso individualista que vuelve a dividir las aguas. Lo igualitario, por otra parte, continúa igual de escindido. La propuesta de la senadora Graciela Camaño que intenta implementar vagones rosas, o el anti machismo que propone un feminismo “empoderado” muestra que la balanza intenta inclinarse, esta vez, para el otro lado. Todo parece indicar que el intento de equilibrio libriano vuelve a escaparse. En términos energéticos, le llegó el momento de ganar al polo Capricornio. El eje nodal del dragón, por su parte, está recorriendo los primeros grados del área del sistema político argentino, es decir que a partir del mes de agosto podría relajarse la tensión imperante. Sin embargo, mientras continúe el tránsito de Saturno en Sagitario en la casa de los recursos y bienes (permanecerá allí hasta fin de año) el segundo semestre durará al menos un año////////PACO