Respondiendo algunas preguntas de Revista Paco, Carla García Buscaglia relata cómo y por qué el presidente del Perú, Martín Vizcarra, fue destituido por el Congreso de ese país como final de un proceso constitucional denominado “vacancia”. Carla es la hija mayor de Alan García, expresidente del Perú en los períodos 1985-1990 y 2006-2011 y símbolo de la oposición al fujimorismo, liderando el antiguo Partido Aprista. Carla es comunicadora, escribe guiones de TV y cine, y es la albacea de las obras literarias de su padre, presentando libros en largas giras por todo el país. Más recientemente se postuló en las internas del Partido Aprista para convertirse en candidata a congresista de ese partido.
Todos los días comenta la realidad peruana en su twitter @esquinabaja, donde tiene más de 300 mil seguidores. Su bio, “la favorita del trollcenter”, es una ironía producto de los constantes embates de los opositores al aprismo en las redes sociales. En su cuenta de Instagram, @queloide, sube historias donde interactúa cotidianamente con la gente y comunica las novedades políticas de su actividad.
¿Por qué cayó Martín Vizcarra? ¿Qué se le imputa? ¿Es cierto que su propio partido terminó votando contra él?
Incapacidad moral permanente, determinada por el Congreso, es una de las razones para vacar a un presidente que consigna el artículo 113 de la constitución vigente. Vizcarra fue vicepresidente de Pedro Pablo Kuczynski y lo sucedió tras su renuncia por un caso de corrupción y compra de votos congresales para evitar -vaya coincidencia- un proceso de vacancia. Vizcarra fue vacado el 9 de noviembre por mayoría de votos (105 cinco votos a favor, 19 en contra y 5 abstenciones). Se lo acusó de tratar de obstruir a la justicia en investigaciones donde es sindicado por emplear a sus amistades dentro del estado. También semana a semana iban apareciendo pruebas sobre presuntos hechos de corrupción de su parte y recibo de coimas de las constructoras a quien él atribuía obras de infraestructura en su gestión como Gobernador de Moquegua, una región del sur del país.
A lo largo de meses, Vizcarra usaba como excusa el estado de emergencia generado por el Covid 19 para no responder a la prensa, permitiendo solo dos o tres preguntas enviadas online y seleccionadas en un sorteo para que se le hagan en las conferencia de una hora de todos los martes. Cuando salían nuevas denuncias, como fotografías con encarcelados por corrupción que él aseguraba no conocer, pruebas de que el presidente mentía una y otra vez para defenderse de lo evidente y hasta chats en los que se demuestra que él mismo se había coludido con algunos partidos del anterior congreso para vacar a Kuczynski y hacerse de la presidencia, escogía a dedo el programa al que quería ir usando su investidura de Presidente de la República y responder por los hechos ilícitos perpetrados por él mismo aunque en la persona de Martín Vizcarra.
Desde donde yo lo veo, no es raro que Vizcarra tratara de obstruir las investigaciones coludiéndose con su círculo cercano de asesores, secretarias y ministros como también comunicándose directamente con la Fiscal de la Nación e intentando cambiar fechas e instancias para la investigación. Ese nulo respeto por la independencia del poder judicial, lo manifestó en el 2018 por el poder legislativo, cuando a través de una llamada “negación fáctica” cerró el congreso elegido democráticamente en el 2016 para luego llamar a elecciones en enero e instalar un congreso -más a su medida- que irónicamente es el mismo que acaba de vacarlo.
Legalmente, Vizcarra no tenía partido en el Congreso. El partido con el que llegó a la vicepresidencia (Peruanos Por el Kambio) vio con desconfianza que suceda a Pedro Pablo Kuczynski y tampoco alcanzó los votos para tener representación en enero. De todos modos, Vizcarra tenía varios partidos afines, dentro de los cuales muchos congresistas -con sorprendente conciencia- votaron para que se fuera.
¿Cómo continúa el proceso? ¿Cuáles son los pasos a seguir?
Mientras respondo a esta pregunta Manuel Merino de Lama, que hasta ayer cumplía funciones como presidente del Congreso, presta juramento como Presidente de transición y tiene como principal tarea conducir al Perú a las elecciones de abril de 2021. Cabe señalar que no es la primera vez que alguien asume el cargo a tan poco tiempo de elecciones. Tras la destitución de Fujimori en el 2000 y también en noviembre, Valentín Paniagua asumió como presidente y llamó a elecciones en la fecha pactada.
En este caso entonces, no ha habido un golpe sino un mecanismo democrático inscrito en la constitución y de acuerdo a lo que declaran las nuevas autoridades se respetarán las fechas para la nueva elección. Sucede que durante el gobierno de Vizcarra uno de sus más grandes aliados ha sido la prensa escrita y televisiva, quienes fueron los encargados de generar pánico ante la posibilidad de una vacancia.
Hoy por la tarde (por el 10 de noviembre) o a más tardar mañana, Merino debería presentar un gabinete de ministros “de ancha base” y priorizar temas como la lucha contra el Covid y la reactivación social que tras casi nueve meses de estado de emergencia nacional, no puede esperar.
¿Hay estallidos sociales en Perú? ¿Cómo ves la tensión social?
Desde el momento de la vacancia y después de que la prensa adicta al gobierno dijera que se trata de un golpe de estado -versión que no se sujeta de nada- un sector salió a protestar en una plaza cercana al legislativo. Hasta este momento son expresiones legítimas que creo que responden al estupor inicial después de muchísimos meses de pruebas sobre el mal proceder de Vizcarra que terminaban en la nada y ayer de pronto este resultado sorpresa en la votación contra Vizcarra. Anoche salió él mismo con su gabinete ministerial a aceptar la decisión del Congreso, lo que desbarató el fantasma del golpe de estado.
Hoy durante la juramentación, entiendo que hubo violencia entre los manifestantes y las fuerzas del orden, en los alrededores del congreso. Espero que con las horas todo tome una forma menos agresiva, tanto en la calle como en las instancias de opinión.
De todos modos, este tema está aún por verse. Al momento de contestar estas preguntas me llegan noticias de manifestaciones en Cusco, Trujillo, Junín y Arequipa. Es importante respetar el derecho a la protesta como mecanismo auténtico de expresión sin reprimirla con la fuerza de los gases y las armas. Entiendo el papel que juega la policía nacional en tratar de mantener el orden y el respeto a la propiedad privada pero desde aquí pediría que no se cometa ningún exceso que podría traer mayores tragedias, daños y pérdidas de peruanos. Ni un manifestante ni un policía más, heridos o muertos. El manejo sin violencia ni sangre de esta protesta es el primer reto que tiene Merino y que tendrá su ministro del Interior. La represión violenta siempre será condenada.
¿Cómo definirías el gobierno de Vizcarra en el Perú? ¿Cómo fue la actuación de su administración con respecto a la pandemia?
Un gobierno de improvisados que debilitó la institucionalidad y tuvo un pésimo manejo de la crisis producto de la pandemia. Vizcarra se va después de habernos hecho hacer una larguísima cuarentena que trajo la máxima caída en la economía, la tasa de mortalidad más alta entre los países más afectados por el virus y una pérdida de 1,5 millones de empleos (según OIT) en un país donde la tasa empleo formal era bajísima y la informalidad crece cada vez más.
La reacción inicial para tratar con el Covid parecía buena, pero con el tiempo fue evidenciando que improvisaban en el camino. Se repartió bonos personales y a familias, pero las personas tenían que salir de sus casas a cobrarlos, generando enormes aglomeraciones donde se esparcía el virus. Se usó con necedad las pruebas rápidas que no detectaban la enfermedad sino la prevalencia del virus en el sistema, por lo tanto daban falsos negativos y enviaban a los pacientes de regreso a su casa a contagiar a la gente del camino y a las familias. Incluso cuando ya en el mundo se sabía que la prueba molecular era la que determinaba realmente si un paciente tenía covid, en el Perú seguían comprando pruebas rápidas y estaba a cargo un ministro que aseguraba en conferencias de prensa que ambas pruebas eran iguales. No quisieron escuchar a los especialistas y Vizcarra en sus conferencias de los martes se dedicaba a culpar treinta años de gobiernos anteriores y atacar a la oposición.
Los chicos que iban al colegio pasaron a clases online, en un país donde en muchas casas si hay un dispositivo con acceso a la red, normalmente es el teléfono del papá o la mamá que tienen que salir a buscar el pan al día, para comer. Anunciaron la compra de casi un millón de tablets a inicios de la pandemia, las cuales recién se están repartiendo a fin de año. Hay que recordar que el mío es un país que tiene una cordillera y una selva enorme, lugares en los que no existe conectividad a internet.
Finalmente, la estrategia que se usó supuestamente para concientizar a las personas sobre el virus, fue una estrategia permanente de criminalización de la ciudadanía en la que se sugería que aquel que inclumplía las normas de confinamiento era un cómplice que trabajaba junto con el virus enfermando inocentes. #NoSeamosCómplices fue una campaña que habilitó que las autoridades golpeen trabajadores informales que no tenían otro modo de alimentar a sus familias (el 70% de los trabajadores aquí son informales porque el estado endurece las condiciones para incorporarlos) y para fustigar críticos de las políticas del Estado respecto a salud, economía, empleo o educación. Cualquiera que no bailara al ritmo de Vizcarra, era acusado de estar del lado del Covid, por loco que suene. Esto contaminó la relación entre peruanos.
La figura de Vizcarra era venerada por la prensa que se alimenta de la publicidad estatal, que acabó siendo la misma que no tuvo otra salida que publicar una a una sus mentiras.
¿El país queda «desprotegido» sin presidente en este momento difícil del mundo?
La verdad es muy difícil que alguien pueda hacerlo peor. El gabinete que preste juramento tendrá que ponerse a trabajar de inmediato porque las manifestaciones sociales en las calles definitivamente traerán un alza en la tasa de contagio del Covid y a casi nueve meses del caso cero, tenemos 35 mil peruanos muertos según la lista oficial, aunque en comparación con la tasa de mortandad de 2019 podría ser el doble.
Hay un nuevo gobierno que empezaremos a conocer. Los peruanos se siguen despertando temprano y saliendo a trabajar, yo creo que las cosas van a estar por lo menos igual y quiero pensar que pronto empezarán a mejorar, a pesar de lo que algún sector sienta ahora.
Considerando que sos precandidata del partido más antiguo de Perú, ¿qué propone tu partido a partir del corrimiento de Vizcarra?
Nuestro partido siempre ha velado por la democracia en el Perú y la vacancia de Vizcarra tiene que generar un ambiente propicio para las nuevas elecciones del presidente o presidenta y el congreso que preste juramento en julio del 2021.
Esperamos que se refuerce la autonomía de los poderes del Estado y que se mantenga así en adelante. Que el congreso sea la fuerza que balancea el poder presidencial y que la justicia no se use, como ha venido haciéndose, para perseguir enemigos políticos y esconder la corrupción de los que ostentan el poder.
Cuando los extremos vuelvan a la calma, esto tiene que dejarnos algún aprendizaje como Nación. Espero no ser la única que ve el futuro con una sonrisa/////PACO
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