Cuando en 1994, Carolina Ardohain fue elegida Reina Provincial del Trigo se le despertó una idea voraz que a todos, en algún momento de una vida, aparece como una alarma intermitente: estoy para más. Tenía 16 años y un cuerpo que pedía saltar las fronteras de una provincia náufraga en un mar plano como el horizonte. No era sólo su belleza animal, había una simpatía que arrasaba con cualquier buitre que la mirase a los ojos. Consciente del germen que crecía en su interior, se fue a Buenos Aires a buscar eso que el romanticismo literario que describe la migración de cientos de miles de pibitos provincianos suele llamar perseguir los sueños. Entre bares de bowling, eventos con el disfraz ajustado de promotora y locales de ropa, armó un Curriculm Vitae ambicioso y logró abatir un casting para modelar en la Polo Ralph Lauren. Fines de la década del 90, buenos tiempos para la belleza juvenil.
Cuando en 1994, Carolina Ardohain fue elegida Reina Provincial del Trigo se le despertó una idea voraz que a todos, en algún momento de una vida, aparece como una alarma intermitente: estoy para más.
Casi 20 años pasaran de aquel fulgor teen spirit que la llevó a convertirse en la top model más importante de la Argentina. Hoy, con 37 primaveras vividas en una ascendente de exitoso dinero líquido, continúa realizando producciones muchos más sofisticadas que le permiten mantenerse en esa cumbre de femme fatal intocable. ¿Qué sucedió en el medio, qué colores adquirió ese río que pasó desbocado bajo el puente? Entre 2002 y 2005 estuvo casada con el polista Martín Barrantes en una danza matrimonial que vio el ocaso de la peor forma: un juicio por adulterio llevó a declarar a la Diosa de la Sensual Simpatía que su marido no lograba satisfacerla en la cama, que padecía disfunción sexual y por eso le fue infiel. “Me hacía el amor como un trámite”, declaró en el juicio con una rabia exultante que no logró su objetivo ya que la prueba de la infidelidad era ineludible: una hija ajena concebida en plena relación.
“Me hacía el amor como un trámite”, declaró en el juicio con una rabia exultante que no logró su objetivo.
Así comenzó su historia con el actor chileno Benjamín Vicuña, con encuentros furtivos que tenían la pasión de la ilegalidad. Y como las cosas más consistentes surgen de pequeñas debilidades espontáneas, ambos forjaron una familia sólida capaz de sostener las sonrisas durante la hora y media que duran las producciones de fotos para las revistas del corazón. Tras la muerte de la pequeña Blanca de 6 años en 2012 por una neumonía hemorrágica, el matrimonio se volvió más hermético, más esquivo a las cámaras, más escépticos de este Planeta Farándula que les exigía mostrar sus sentimientos de forma semanal.
Y como las cosas más consistentes surgen de pequeñas debilidades espontáneas, ambos forjaron una familia sólida capaz de sostener las sonrisas durante la hora y media que duran las producciones de fotos.
A mediados del 2015 Pampita y Vicuña festejaron 10 años de amor sinuoso en La Mansión del Four Seasons donde asistieron unos 200 invitados vestidos de blanco y negro, como lo exigía el leiv motiv del evento. Un matrimonio transparente lleno de dulzura y confianza fueron lo que capturaron los fotógrafos pero los periodistas de espectáculos, pillos y sucios, vieron allí una pose en falsa escuadra. ¿Cuáles eran los motivos? Los rumores de infidelidad llenaban una lista de mujeres acaloradas y sedientas por la piel bronceada y el rostro de niño bien de Benjamín Vicuña. No era un simple chisme que una noche de calor Pampita caminó directo hacia la barra de un boliche en Maldonado y agarró de los pelos a Isabel Macedo -quién compartía elenco en la novela Don Juan y su Bella Dama con su marido- hasta que entiendió eso que canta La Factoría en su canción “Ese hombre es mío”. Algo similar sucedió con Natalia Oreiro cuando rodaban la serie Entre Caníbales sólo que el cruce femme to femme fue telefónico. Una mujer fatal no sólo sabe cuidar a su marido sino que tiene que responder con dureza cuando los terroristas de la poligamia se infiltran en el terreno cercado con bayas de fuego. Así pensaba la Diosa de la Sensual Simpatía y así procedía.
Una mujer fatal no sólo sabe cuidar a su marido sino que tiene que responder con dureza cuando los terroristas de la poligamia se infiltran en el terreno cercado con bayas de fuego.
Pero como la belleza se afea con el tiempo y la vida muere, el matrimonio favorito del jet set comenzó a dar sus últimos signos vitales. Un dispositivo de espionaje no tan sofisticado grabó los audios de algunas discusiones potentes que tuvieron en la cama. “Te cogías a la mina en el auto. No sé quién es, ya tenés tantas amantes que ya me perdí”, le recriminaba a los gritos la modelo, y luego la siempre ineficiente estrategia de la autoconmiseración: “Hacíamos el amor tres veces por semana, ¿qué pasó? ¿te aburriste?”
Cuando comenzó a rodar la rosca de que Vicuña se estaba comiendo a la Kylie Jenner con fantasías actorales argentinas que es Agustina “La China” Suárez todos abrieron los ojos.
Cuando comenzó a rodar la rosca de que Vicuña se estaba comiendo a la Kylie Jenner con fantasías actorales argentinas que es Agustina “La China” Suárez todos abrieron los ojos. Ambos estaban grabando El Hilo Rojo y quizás, en una de esas, podía existir la tentación de la carne. Vicuña había dicho en off de record que su relación con Pampita había concluido pero ella se negaba a aceptar esa realidad. Entonces la modelo decidió confirmar por su cuenta los rumores. Espió durante un tiempo a su pareja con un detective privado. Cuando tuvo algunos datos precisos, tomó cartas en el asunto. Fue hasta donde estaban grabando y aguardó en un restaurante situado a una cuadra del set. Con la ayuda de algunos contactos internos infiltrados en la producción de la película encontró el momento preciso y encaró hacia el lugar del crimen. Caminó a paso firme hasta el motorhome donde solía dormir Vicuña en los tiempos muertos entre escena y escena y, sin previo aviso, abrió la puerta e ingresó. “Vi lo peor que pudo haber visto una mujer en esa situación”, le dijo a uno de los periodistas intentando dar a entender la magnitud del descubrimiento. Sexo infiel bailando frente a los cuernos filosos del sujeto desvanecido.
El martes 8 de diciembre Benjamín Vicuña intimaba con Carolina Ardohain, el miércoles 9 lo hacía con Agustina Suárez.
Como una disputa por la razón fuera de los ejes de la racionalidad, Pampita subió imágenes a su cuenta de Twitter junto al epígrafe “¡Yo no miento!”. En la primera tanda de imágenes, se la ve a ella junto a su pareja besándose en la cama matrimonial de su habitación. En la segunda, Vicuña se aprieta a “La China” Suárez con la vehemencia de una convicción pasional. Entre ambas escenas no pasaron 24 horas. Las fechas junto a las publicaciones lo suscriben. El martes 8 de diciembre Benjamín Vicuña intimaba con Carolina Ardohain, el miércoles 9 lo hacía con Eugenia Suárez. Depredador sexual y Serial killer de la infidelidad fueron los mejores títulos que logró la prensa el día en que se dio a conocer este desenlace narrativo que rápidamente adquirió el nombre de triángulo sexual.
Pampita es de esas chicas que quieren preservar su intimidad mostrando su intimidad, una actitud normal en Planeta Farándula.
Luego de un largo disfrute de décadas que Pampita tuvo con la prensa comiendo de su mano, en los últimos meses se volvió en su contra y, en cada momento oportuno, se refería a los paparazzi como violadores de la intimidad. No hay dudas, una violación insistente con persecuciones en masa pero, ¿por qué esta respuesta tan ciega, tan torpe, tan desbocada? ¿Acaso no es contradictorio el giro narrativo que ella misma le propinó a esta trama? Pampita es de esas chicas que quieren preservar su intimidad mostrando su intimidad, una actitud completamente normal entre los seres que fluctúan en este universo nervioso de provocación y divismo llamado Planeta Farándula. “En esa belleza inigualable que tendría a sus pies a todo el género humano, ¿qué misterioso mal roe su flanco de atleta?”, escribió Baudelaire en su poema La Máscara. Detrás de esa inigualable capacidad de conquista, de esa sexualidad sofisticada que se cuela por cualquier amante del cuerpo femenino hay una gota de oscuridad que tiñe su arrebatada pureza. Detrás de toda esa coraza de belleza animal, la Diosa de la Sensual Simpatía está ligada inexorablemente al contexto que la creó y es en ese contexto donde algún día ha de morir. Porque nadie escapa del infierno///////PACO