Heladeros del tiempo es uno de los grupos con más proyección dentro del rock nacional. A base de carisma, buenas canciones e ideas originales, el quinteto que comanda Frankie Langdon se va consolidando como una de las propuestas más interesantes de la escena local. El ex cantante de Don Adams arrancó a trabajar en sus nuevas canciones con la ayuda y la producción de Bambi y Chano de Tan Biónica. Fueron ellos los que le recomendaron a Juani de Abreu (Bajo) y a Maxi Lázbal (batería). Luego se sumaron Dante Violanti y He Man Garrido en guitarras para terminar de darle forma al actual quinteto. Si hiciéramos un resumen de sus cuatro e intensos años de trayectoria, podríamos decir que durante el 2010 recorrieron la costa argentina fuera de temporada. Para ellos era fundamental conocer el mar en invierno porque Espuma Libertad, su primer disco, es un retrato de ese frío y esa soledad que caracteriza a muchas ciudades balnearias cuando el sol y los turistas se alejan de sus playas. Al año siguiente se animaron a transitar el under de Buenos Aires, pero muy pronto llegaron los escenarios más grandes. “Allí hemos tratado de mantener siempre la calidez de nuestros primeros shows, cuando había quince personas y las licuadoras de los bares se escuchaban más fuerte que la batería”, cuenta Frankie.
Con gorros de lana rojos y remeras o camperas deportivas que no se fabrican desde hace años, los Heladeros impactan primero desde lo visual. En cuanto a la música, su rock se centra en la canción popular de tres minutos y medio y sus letras son propias de una tripulación de jóvenes post-Jacques Cousteau, que le cantan al amor, al dolor, y a una infancia feliz que los sigue de cerca. Si la originalidad en Espuma libertad radicaba en las canciones, en el arte gráfico y en su forma de distribución -los propios integrantes llevaban el disco a bordo de un camión de helados hasta la puerta de la casa de los primeros en encargarlo-, ahora en Mundial, disco que acaban de presentar en el ND Teatro, lo original tiene que ver con que el concepto se apoya sólo en la temática futbolera. Mundial, como dice Frankie Langdon que responde aquí nuestras preguntas, “es un disco de fútbol” con once canciones y once invitados: una selección.
Rubén Rada, Cucho Parisi, Pipo Cipolatti, Palo Pandolfo, Marcelo Moura, Iván Noble, Leo García, Edu Schmidt, Manuel Moretti , Dread Mar I y Carla Ritrovato (su mánager) suman sus voces para cantarle a la victoria, la derrota y al empate; a los arqueros, a los nueves de área sin gol y al Diego que le cortaron las piernas en el Mundial del 94. “Corten clavos / vamos a un corte/ que la Corte me castigó / Corten todo por lo sano / tengo corta la ilusión / Corto el aire con tijeras/corten mi respiración /pero nunca más le corten las piernas a Dios”, canta Langdon junto a Iván Noble en el anteúltimo tema del disco. Para los que se quejan de la canción del Mundial de Brasil y siguen añorando la de Italia 90 y hasta el “Waka Waka” de Shakira, el disco de Heladeros del Tiempo es una buena banda de sonido para musicalizar estos días en que el mundo gira alrededor de una pelota de fútbol.
¿Cuál fue el primer disco que compraste?
Mi primer disco fue Vasos y besos (1983), de Los Abuelos de la Nada. Y cuando salieron los CDs, el primero que compré (y de los pocos de rock argentino que había en catálogo a fines de los años 80s) fue Signos, de Soda Stereo. Y eso que todavía no tenía reproductor de CD en mi casa.
¿Cuál fue el último?
Una caja con todos los discos de la E.L.O. reeditados. Últimamente he comprado muchas cajas, pero no con rarezas, sino con colecciones completas. Me interesa el álbum como obra conceptual y terminada. Muchas veces las reediciones se llenan de demos y cosas que en lugar de enriquecer la edición, la desnudan. Sí me gusta, en cambio, que incluyan fotos, textos, notas de los autores, comentarios de los técnicos, de los productores, etc.
¿Qué disco jamás prestarías?
Miguel Abuelo et Nada (1975). Tengo una edición en CD dificilísima, así que prestarlo sería imprudente.
¿Cuál fue el disco que más veces prestaste o regalaste?
Las increíbles aventuras de Juan Antonio Canta, quien alguna vez fue cantante de la banda española Pabellón Psiquiátrico. Es el único disco solista que grabó antes de su muerte en 1996, y es uno de mis favoritos de todos los tiempos. Fue publicado por Virgin, y aún así, es muy difícil de conseguir. Yo tengo dos copias por las dudas. Hace poco conseguí diez ejemplares y los regalé todos (menos los dos que tengo encanutados, claro).
¿Hay algunos discos en tu discoteca de los que tengas vergüenza?
Por supuesto. No voy a dar detalles.
¿Qué disco que antes escuchabas, ahora ya no escucharías?
No escucharía discos de grunge. Antes me ecnataban y hoy me aturden. No podría volver a poner Green River o Mudhoney, por ejemplo. Sí, tal vez, algo de Screaming Trees, o el formato acústico de Alice in Chains… Pero prefiero escuchar música de hace treinta o cuarenta años. Me hace mejor.
¿En qué lugar ponés los discos que vos grabaste?
Entre los discos de rock argentino.
¿Cuál fue el primer disco que bajaste?
Compré un sólo disco en formato digital en mi vida, ya que me cansé de buscarlo en CD y nunca salió. Es un compilado de Fred Bongusto llamado A qualcuno piace, que incluye sólo sus canciones de finales de los 70 a mediados de los 80. Y es un espanto, lo admito, pero me transporta a los veranos de aquellos años, viajando en el auto de mi padre. Recomiendo la canción «Vivi la tua música». ¡Bellísima!
¿Cuál fue el disco que más veces recomendaste o linkeaste?
Tapestry de Carole King y Blue de Joni Mitchell, ambos de 1971. También suelo recomendar la edición importada de The Best of New Order, porque trae un tema inédito (y no incluido en la versión nacional) llamado «Let’s go (nothing for me)».
¿Escuchás tus discos en mp3?
No, jamás. Vieja escuela.///PACO