Deportes


Handball: El Mundial de un árbitro argentino


Tras la eliminación de los Gladiadores, Julián López Grillo y Sebastián Lenci son los últimos representantes argentinos que quedan en el Mundial de Handball de Francia. Esta tarde, ahora, a las 14 (hora Argentina) van a dirigir el partido de octavos de final del local contra Islandia ante 28 mil espectadores (récord absoluto de presencia de público en la historia del deporte). Pero antes de ese gran momento, anoche conversamos con uno de ellos, López Grillo, quien nos contó un poco de qué se trata todo esto de ser árbitro. Si da guita, cuáles son las diferencias entre pitar hombres y mujeres y qué piensan del arbitraje del fútbol, entre otras varias preguntas. Acá vamos.

¿Por qué eligieron ser árbitros?

Jugábamos en el Club Comunicaciones y distintas circunstancias nos llevaron al Club Mitre. Mitre es cuna de árbitros, salieron muchos árbitros. ¿Por qué elegí ser arbitro? La primera vez que jugué al handball fue en el colegio, pero sabía que tenía algo más con el deporte, una sensación adicional, un sexto sentido que me decía que algo tenía que hacer con el handball.

-¿Cómo se llega a ser arbitro de un Mundial de Handball?

-Es bastante complicado poder llegar, acá está la elite de árbitros. Y sobre todo es bastante complicado para un arbitro de un país no tradicional en el deporte, o de un continente no tradicional como es nuestro caso. En este Mundial estamos sólo nosotros representando al continente. En los últimos mundiales masculino, femenino y JJOO generalmente hubo una dupla de América o ninguna, por lo cual se hace muy difícil estar en este tipo de competencias.

En el debut del Mundial de Francia.

-¿Qué etapas tienen que pasar?

En Argentina hay distintas etapas. Primero como arbitros de una federación, en nuestro caso fue Femebal (Federación Metropolitana de Balón Mano, la más importante del país en cuanto a cantidad de equipos), después fuimos a un curso para ser árbitros nacionales (a veces primero tenés que ser regional), luego la Federación Internacional hizo un proceso que se llama GRTP (Global Referee Training Program) en el cual buscaban árbitros jóvenes de distintos países y empezar a trabajar con ellos. Ahí Argentina nos seleccionó (junto a otra pareja) de dos torneos, uno en Neuquén y otro en Mendoza, con árbitros de todo el país.

-¿Cómo los evaluaron?

-Nos evaluaron físicamente, el nivel en la cancha y pruebas de inglés. Y ahí fuimos seleccionadas dos duplas para ir a Brasil al GRTP. Después en Brasil de todas las duplas que fuimos del continente habremos aprobado un 20%. Ahí nos dieron el escudo de internacional («entre comillas», aclara, ya que seguían en evaluación). Fuimos a España y a Suiza, y por el 2008 arbitramos nuestro primer Mundial Juvenil. Así tuvimos una serie larga de mundiales juveniles. En diciembre de 2015 tuvimos nuestro primer Mundial Adulto Femenino, el año pasado fuimos al Mundial de Clubes y finalmente nos tocó ser seleccionado para este Mundial. Es muy difícil, pero por suerte estamos cumpliendo un sueño.

-¿Cómo se llevan entre los arbitros?

-En Argentina hay una competencia sana, es un grupo que todavía sigue muy unido, nos siguen apoyando. Y nosotros nos sentimos plenamente parte de ese equipo.

-Miraba el empate cerrado entre Islandia y Tunez (el primero del Mundial) que les tocó arbitrar y me preguntaba si alguna vez algún jugador -enojado con un fallo- les quiso pegar.

-No, toco madera, pero por suerte nunca nos quisieron pegar a nosotros directamente. Si hubo insultos desde las tribunas, alguna vez un jugador. Cuando sos arbitro y empezás a dirigir te dicen que te dan una mochila, en esa mochila te ponen el short, la camiseta de arbitro, el silbato, las tarjetas, y dicen por ahí que también te ponen una piña (risas). En algún momento puede salir de esa mochila. Nosotros por suerte la tenemos guardada y esperemos que nunca salga. La verdad es que tenemos un buen vínculo con los jugadores y los técnicos. Tratamos de ser árbitros dispuestos al diálogo. A veces nos equivocamos, es un deporte en el que se toman muchísimas decisiones, y es normal equivocarse. Pero bueno, creo que en nuestro ambiente somos conocidos como árbitros buena leche, que nunca vamos a hacer algo con mala intención.

Julián López Grillo (centro) junto a su compañero Sebastían Lenci y el capitán de Túnez.

-¿Por qué considerás que los jugadores protestan? ¿Es así en todas partes del mundo o es una característica de determinados países y sus culturas?

-Se protesta. Lamentablemente el handball se está futbolizando bastante en Argentina, no así internacionalmente. De todas maneras hay distintas culturas, y dependiendo cómo cada país vive el deporte los jugadores protestan más o menos. Por ejemplo hay países donde la simulación está bien vista, el denominado «jugador pillo», y hay otros países donde ese bluff es intolerable, es lo que más se critica. Y es interesante arbitrar partidos donde se cruzan ese tipo de culturas, porque para uno engañar al arbitro puede ser algo positivo mientras que para el otro es lo peor que le podés hacer. Como arbitro tenés que tratar de manejar ese tipo de cosas.

-El año pasado dirigieron el Mundial Femenino, ¿En qué se diferencia arbitrar a mujeres y varones?

-Es muy diferente, lo principal que cambia es la velocidad y la violencia. En los cursos previos nos preparamos mucho con los tipos de golpes que hay tanto en el handball femenino como en el masculino. Hay árbitros en el mundo que son excelentes pitando mujeres y otros excelentes pitando varones. Nosotros trabajamos para poder pitar las dos categorías con las características de cada una.

-¿Cuál es el consejo de la Federación de Árbitros para tratar a una superestrella del deporte?

-Hay un debate en la Federación Internacional para ver si decide que haya un grupo de árbitros profesionales para arbitrar a estas superestrellas, que son todos jugadores profesionales, que por supuesto viven de eso. Nosotros tratamos de relacionarnos con todos de la misma manera. Cualquier jugador merece el respeto del arbitro.

-¿Qué diferencias notan entre el arbitraje del handball y del fùtbol?

-La principal diferencia es que en el handball se toman muchas más decisiones. Hay un goleo mucho más alto, y prácticamente en todos los ataques se toma una decisión, inclusive no decidir algo es tomar una decisión. Segunda diferencia es la velocidad, el handball es un deporte mucho más veloz. Tercera: el tipo de violencia, es otro el tipo de violencia. Al ser un deporte de más contacto están permitidos ciertas fricciones.

-¿Qué puede tomar el arbitraje del fútbol del arbitraje del handball?

-Me encantaría que en el fútbol exista una sanción intermedia entre la amarilla y la roja, que puede ser por ejemplo 5 minutos afuera. Creo que ayudaría mucho a bajar el nivel de protesta en el fútbol. Hoy es muy difícil para el arbitro poder tomar una decisión de sacarle la tarjeta roja a un jugador que está amonestado y está protestando. Sin embargo, si tuviera la herramienta (como tienen mucho deportes como el rugby, el hockey y el handball) de una sanción intermedia que lo saque momentáneamente del partido, lo ayudaría mucho.

-¿Da plata ser arbitro internacional de handball?

No da plata ser arbitro de handball, En algunos países donde el deporte es más profesional los árbitros reciben un mejor pago, pero ninguno de ellos se dedica exclusivamente a ser árbitro.

-Entonces vuelvo a preguntarte, ¿Por qué elegiste ser arbitro?

Porque es una pasión, porque el handball es mi vida desde mis 12 años y es la forma que encontré para seguir vinculado al deporte. Creo que lo hacemos bien, me gusta, me siento cómodo arbitrando. Hoy para mi arbitrar es jugar el partido. Disfrutamos cuando nos sale bien, la pasamos mal cuando no nos salen las cosas. Las mismas sensaciones que tenía cuando era jugador las tengo ahora como arbitro porque para mí arbitrar es jugar el partido./////PACO