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Los fuegos artificiales del Pack Fútbol

Un estadio repleto con hinchas de ambos equipos, un césped verde reluciente, fuegos artificiales para recibir a los equipos, buenas figuras en el campo y un partido vibrante. La final de la Supercopa Argentina disputada ayer entre Boca y River exhibió lo que el fútbol argentino quiere ser: un producto valorizado, de exportación. El final de la película, con Leonardo Ponzio levantando el trofeo, rodeado por todos los futbolistas de River tapados por papelitos, podría ser una imagen del fútbol inglés o español. Pero sucedió aquí, en Mendoza, para ser contemplado por los clientes del pack fútbol que propone la Superliga Argentina modelo 2018.

¿#RivalesNoEnemigos?

Solo una vez en la historia River y Boca habían definido un trofeo en una final a partido único. En diciembre de 1976, Boca ganó 1 a 0 en el estadio de Racing y se consagró en el torneo nacional. Una reciente crónica de Ernesto Cherquis Bialo recuerda que los árbitros de aquel encuentro llegaron caminando a la cancha, mezclados con los hinchas. En los últimos 40 años, distintos fenómenos ocurridos alrededor del fútbol argentino, como la exaltación del triunfo, la negación del fracaso, asociar al rival al enemigo, tuvieron como consecuencia muchas veces la necesidad de la ventaja deportiva -dentro y fuera de la cancha- para alcanzar la victoria. «Ganar a cualquier precio»; «Sólo sirve la victoria»; «El que pierde no existe», son frases que hoy no resultan extrañas en boca de los hinchas y de los periodistas deportivos. Para esta final, el fenómeno tuvo la particularidad de darse a la vista de todos.

Como si no pudiera admitirse una derrota ante el rival eterno, dirigentes y entrenadores de River y Boca se dedicaron en la previa a través de declaraciones públicas a hacer lobby por la sede del encuentro (Córdoba o Mendoza), reclamar por el árbitro (Fernando Rapallini, Patricio Loustau o Néstor Pitana) y a sembrar dudas por las condiciones generales de organización del fútbol argentino (“siempre favorecen a Boca”). El fenómeno intentó ser desactivado por una reunión de camaradería de los presidentes en la AFA poco antes del partido y por el hahstag #RivalesNoEnemigos, que ambos clubes difundieron por redes sociales. Ya parecía tarde y difícil de sostener. Todo aquello contribuyó a sembrar aún más las dudas que circulan a partir de las constantes irregularidades arbitrales y organizativas en los campeonatos. Como si el contrato básico de igualdad de condiciones sobre el que se asienta el deporte moderno en la Argentina estuviera hecho para romperse.

Pack, pack, pack

Desde hace semanas, Fox y TNT (dueños de los derechos de televisión) promocionaban el River-Boca durante las transmisiones. Fue un gancho más para sumar suscriptores al pack fútbol, que ya cuenta con cerca de 1.8 millones de clientes, sobre poco más de 10 millones de abonados al cable en la Argentina. La reciente final se presentaba como el contenido televisivo ideal para las audiencias locales e internacionales: los equipo más convocantes del país en un partido único definitorio, con todas sus figuras, el estadio repleto con ambas hinchadas, la transmisión en pay per view.

Pero la cotidianeidad del fútbol argentino no queda solo en Mendoza. El fútbol doméstico también son los equipos de escaso nivel, que ven marcharse a sus pocas figuras; técnicos sin continuidad, campos de juego en mal estado, hechos de violencia, estadios en malas condiciones, tribunas vacías sin hinchas visitantes; o directamente: los partidos a puertas cerradas. El propio calendario que (des)organiza los torneos propone campeonatos locales de junio a junio y torneos internacionales de febrero a diciembre, con equipos que alternan titulares y suplentes en diferentes momentos del calendario y cracks que se marchan al exterior en el medio de algunas de las competiciones.

Ni siquiera el pack fútbol puede ofrecer espectáculos de primera calidad asiduamente. El esquema actual permitió a la AFA vender sus derechos de televisión a cambio de más dinero. Pero en la licitación que vio ganador a Fox y Turner, la primera en al menos 35 años, la entidad madre que preside el Chiqui Tapia pareció limitarse a elegir al oferente que entregara más dinero, sin ninguna preocupación por la calidad del espectáculo, por mejorar el contenido que desea vender. Con el agravante que, al abandonar el esquema del Fútbol para Todos y pasar de la emisión abierta al cable bajo el sistema pay per view, el fútbol argentino se integra a un mercado de contenidos que ya ofrece en el abono básico las principales ligas del mundo (España, Inglaterra, Italia, Alemania, entre otras). El abonado ahora puede ver sin dinero adicional al Barcelona de Messi o la Champions League, pero debe pasar la tarjeta para ver Olimpo–Patronato. En definitiva Un esquema sólo sustentable desde la pasión de los hinchas por ver a su equipo favorito, que no necesariamente implica ver espectáculos atractivos.

Te veo

Aquella final de 1976 fue transmitida en directo por Canal 7 y fue vista por más de 15 millones de personas, más de la mitad de la población del país en ese entonces. Con pocas cámaras, sin HD ni costo adicional, no hay registros fílmicos en la actualidad del gol de Suñé de tiro libre que le dio la victoria a Boca. Ayer decenas de cámaras y miles de celulares registraron el penal del Pity Martínez, el gol de Ignacio Scocco y los festejos de los jugadores de River. Mañana, Rosario Central y Chacarita inauguran la 20° fecha de la Superliga. Los fanáticos podrán seguirlo por televisión a través del pack fútbol. Allí no habrá dos hinchadas, ni grandes figuras, ni fuegos artificiales./////PACO