Ansiedad


Enigmático señor Terdjman


1

El señor Terdjman está enfadado.
Dice estoy enfadado, como si viviera en otro siglo.
El anticuado señor Terdjman vio, dos semanas atrás, a un viejo compañero de la universidad caminando por la calle. No se saludaron. Vio rabia en el otro, enojo.
El indiferente señor Terdjman se dijo este chico está enojado con el mundo y por eso no me saluda.
Acto seguido, el descortés señor Terdjman reconoció que, muy a su pesar, quizás él era quien estaba enojado con el mundo y por eso no había tenido ese gesto amable: detenerse y preguntarle al otro cómo iban las cosas en su vida.

Pero más allá de las relaciones sociales del solitario señor Terdjman, la pregunta es: ¿por qué el señor Terdjman, aunque lo disimula, vive enojado con el mundo?

2
El mundo, para empezar, es muy ancho y quizás no haya una sola respuesta.
Pero la hay.
El meticuloso señor Terdjman dice la culpa la tiene el Marketing.
Y repite la culpa la tiene el Marketing.
¿El enojo del señor Terdjman se concentra en algo tan sencillo como el marketing?
Sí.
Al fabuloso señor Terdjman lo crispa que la aparición del marketing en el ancho mundo haya colaborado con ese malentendido general donde nadie sabe exactamente qué cosa es o para qué está o qué función cumple el arte.
En medio de todo, dice el señor Terdjman, el marketing es rey.

3
Hace unos días leyó en una entrevista que los concursos literarios no eran para descubrir talentos, sino para vender más libros. El salvaje señor Terdjman estalló. Vociferó ante cuatro paredes mudas tiene que premiarse al mejor y no otra cosa. Las cuatro paredes guardaron un respetuoso silencio. O no. Porque el vacilante señor Terdjman se preguntó entonces cómo puede juzgarse una obra entre otras y encontrar la mejor.
Ahora quien guarda silencio es el comedido señor Terdjman.

4
El ingenioso señor Terdjman tiene sus ideas.
Un par de semanas atrás vio el film La Grande Belleza.
Su personaje principal, Jep Gambardella, deja de escribir y da tres excusas cuando le preguntan por qué:
1, porque salió mucho de noche.
2, porque no tenía nada que decir.
3, por no haber encontrado la gran belleza.
Al cerebral señor Terdjman La Grande Belleza lo cautiva. Lo emociona. Sale del cine con un sentimiento oceánico.
Pero enseguida le salen al cruce sus amigos. Preguntan por el argumento, por el conflicto, lo vuelven loco con preguntas.
El respetuoso señor Terdjman no sabe responder.
Rumia.
Dice apenas a mí me gustó.

5
Pero el valeroso señor Terdjman descubre que Jep Gambardella está equivocado. Descubre endebles las excusas.
Dice no se escribe para decir algo ni se deja de escribir por falta de tiempo.
¿Sabe, acaso, el señor Terdjman por qué se escribe o se deja de escribir?

Sí, sabe.

6
Hace unos pocos días vio cómo una mujer terminaba de leer una gran novela. Vio ese estremecimiento. Vio los ojos entumecidos, la sonrisa frágil, el suspiro. Vio ese extrañamiento. Esa suspensión.
El metódico señor Terdjman se dijo aquí hay algo.
Y anotó en una libreta imaginaria que siempre pierde algo más real que lo real, más verdadero que lo verdadero.

7
Quizás el problema del sensible señor Terdjman sea simple: aspira a vivir en un mundo donde todos compartan su opinión, pero el mundo se resiste, vehemente.
O quizás el problma sea personal, íntimo. Quizás algo secreto lo vuelve irascible y críptico.
El auténtico señor Terdjman lo niega.
Repite, contradiciéndolas, las palabras de Scott Fitzgerald en el Crack-up: «La grieta no está en mí».
Quizás el inocente señor Terdjman no acepta el mundo mercantil y vulgar que le toca vivir y se refugia en la imaginación y la pureza.
El enfático señor Terdjman niega, de nuevo. «La grieta no está en mí».

8
Finalmente, el precavido señor Terdjman:
¿Va a decir o no por qué Jep Gambadella se equivoca? ¿Va a decir o no por qué se escribe o se deja de escribir? ¿Va a decir o no, más allá del marketing, para qué sirve el arte?
Sí, lo va a hacer.

9
Pero antes quiere contar una historia. Un mito en realidad.
En un país lejano, en un idioma desconocido, en una época imprecisa, un joven huye de su patria y en la nueva tierra es recibido con todos los honores por reyes extranjeros.
Acto seguido lo depositan en una habitación cerrado: una pequeña ventanita que da al mar.
Lo dejan papel, pluma y tinta.
Lo encierran.
Le señalan el papel y la pluma y luego la lleve que lo encierra.
El trato es bueno: buena comida, buena bebida, visitas silenciosas del rey y la reina.
El joven comprende: apenas complete la página, va a recuperar su libertad.
No importa que el alfabeto, las normas, las leyes, que sus territorios sean diferentes.
Escribe en su idioma lo primero que le viene a la cabeza.
Por la mañana, al despertarse, comprueba que la hoja está limpia, sin palabras.
Repite la operación y al despertarse, otra vez, la página en blanco.
Perspicaz, esa noche, nuestro joven no duerme: espera saber quién lo engaña y ajusticiarlo.
Se da pequeños golpecitos en el brazo, se pellizca. No quiere pegar el ojo.
Quizás se duerme uno, dos instantes.
Y la hoja es blanca, de nuevo.
Nuestro joven comprende que quizás no hay escapatoria. Que la ley es su encierro. Deja atrás la inquietud y, sin prisa, escribe cada día una historia gigante, llena de saltos, contingencias, avatares.
Ya no le importa el destino de sus páginas. Está encerrado y nada depende de él.
Finalmente, nuestro joven termina su historia.
Secretamente espera que lo liberen. Nada de eso. Otra página en blanco.
Así pasan los años.
El joven ya no cuenta historias, o ya no cuenta historias reales: mueve simplemente la mano, ya ni sabe si en su idioma, o en el de sus captores.
Una tarde, sin esperanzas, lo dejan libre.
No le piden perdón, no lo agasajan: abren la puerta de la celda y lo dejan salir.
El joven sale. Mira el cielo celeste, mira las cosas como recien nacidas.
Tiempo después alquila una habitación y se propone sentarse y escribir. Vivir de su imaginación. Las palabras no salen. No tiene nada que decir.
Abatido regresa al palacio y pregunta si la celda está libre.
Le dicen que sí y lo encierran.

10
¿Esto es lo mejor que puede hacer el enigmático señor Terdjman con las preguntas precisas que él iba a responder?Dice que sí, que es lo mejor/////PACO