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Sin pasaporte
En el año 2017, en la sede central de la oficina del área legal de ENACO S.A., la jefa recibió una llamada inesperada del Gerente General (que se encontraba en Lima, la capital del Perú). Solo se llegó a oír una voz exaltante de asombro y preocupación. Hubo unos minutos de silencio y luego se logró escuchar: “Entiendo, pero ¿no nos darán mas detalles? ¿Por qué? Está bien, ahora mismo lo investigo y en unos minutos le daré una respuesta”. Y ni corta ni perezosa, la jefa salió del espacio privado para ordenar a la practicante de la oficina cerrar la puerta. Ya ha puertas cerradas, fijó su mirada en el asistente (que tenía más años en la empresa que ella) y dijo: “El gerente me cuenta que hay un caso especial, se trata de un extranjero que vino al Cusco y luego hizo un viaje a otro país, que no era el suyo, y fue detenido en el aeropuerto. Le extrajeron unos dulces de hoja de coca, esos que conocemos. Miren, el detalle es que el extranjero ha dicho que estos dulces son legales en Perú, y dijo además que la hoja de coca es de lo más normal, que simplemente son dulces inofensivos. Los agentes del aeropuerto al parecer hicieron rápidamente una investigación y dieron con nosotros. Somos, se supone, la empresa que controla todos los derivados de la coca. ¿Nosotros tenemos algún tipo de alianza con esta empresa de dulces? Porque los agentes están pidiendo una simple respuesta, solo quieren saber si autorizamos o dimos el visto bueno a estos dulces, e insisten en una respuesta corta de sí o no. Preguntamos qué sanción recibirá o como será el proceso, pero dijeron cortantemente que no es asunto nuestro. El chico está detenido y será procesado por unos caramelos”.
El asistente de años de experiencia (y que tuvo más de seis distintos jefes a lo largo de su estancia) le dijo a su jefa que, en definitiva, esos dulces no tenían nada que ver con la empresa, y mucho menos sabían si habrían comprado la hoja de coca de un productor autorizado. Pero, aún así, los derivados de coca eran solo autorizados y comercializados directamente por ENACO S.A., y la empresa no contaba con la derivación en caramelos. La mirada de los tres se vino hacia el piso y los invadió una pena con algo de culpa ajena. La jefa: “El gerente espera una respuesta rápida, le diré que lamentablemente la respuesta es no, me gustaría hacer algo por el chico, pero ya sale de nuestras manos”. Retornó a su oficina privada y se escuchó el marcado del teléfono. El Gerente General contestó rápido y la conversación acabó en menos de un minuto.
Del Tahuantinsuyo a ENACO S.A.
La hoja de coca siempre tuvo un valor especial para los incas, tanto nutritivo como cósmico. Tiene vitaminas A, B1, B2, B3, C y E, y minerales como calcio, fósforo, hierro, sodio o potasio. Sirve como anestésico y analgésico, por lo que se podría decir que la hoja de coca era como el café de los incas. Aún con el paso del tiempo, la coca sigue presente en la vida de algunas personas en Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Colombia y Ecuador. La hoja se utiliza para la resistencia, para quitar el hambre y hasta para la indigestión, se la consume masticando o, como le llaman, “chacchado”, “acullico”, “akulliku”, “acuyico” (del quechua akullikuy), que es mascar coca. Se dice que al masticar la hoja también se obtiene una limpieza dental natural. El uso del “kintu” también sirve para ofrendas para el pago a la tierra que realizan los chamanes desde años ancestrales, y para la lectura de la hoja de coca, entre otros usos ceremoniales.
En la antigua capital imperial de los incas se fundó en 1949 la Empresa Nacional de la Coca Sociedad Anónima (ENACO S.A.), que en 1982 se convirtió en una empresa estatal pero con derecho privado. Básicamente, se encarga del control, la producción, la industrialización y la comercialización de la hoja de coca y sus derivados. ENACO S.A. tiene una lista de empadronamiento de productores debidamente autorizados para el cultivo, y en pocas palabras “monopoliza” el mercado de la coca como en tiempos del Tahuantinsuyo, todo desde el Cusco. Los productos derivados son la hoja de coca propiamente dicha para el consumo tradicional, como también para la exportación industrial a pedido de la empresa Stepan Company, de los Estados Unidos, donde se utiliza para la elaboración de la bebida Coca-Cola. Los tés filtrantes de hoja de coca que se muestra con la marca Delisse también dependen de ENACO S.A., que los produce y comercializa puros o acompañados con otras hierbas naturales como la uña de gato, el eucalipto, el anís, la estibia y la menta.
La hoja de coca tiene la posibilidad de invadir otros mercados internacionales, para lo cual se deben establecer algunos convenios de garantía para que el producto no se convierta en materia base para producir droga. Entre estos productos tenemos la harina de coca (que no es cocaína, pues no tiene ningún químico añadido y sobre todo no contiene alcaloides), el licor de hoja de coca, también sin alcaloides, y las bebidas energizantes. La elaboración de chocolates con hoja de coca también es exitosa, ya que la coca le quita el amargor al cacao, dándole un sabor agradable y más sano, sin la necesidad de azúcar. Y claro, también se fabrica pasta básica de cocaína y clorhidrato para atender la demanda para crear productos para laboratorios farmacológicos a nivel internacional.
Cada año se exportan 300 kilogramos de pasta básica de cocaína al 92% y 115 toneladas de hoja de coca tipo industrial, con previas autorizaciones de las autoridades competentes del país importador. Los principales clientes son McFarland, de Inglaterra, Merck, de Alemania, May and Baker Ltd., de Reino Unido, Uniao Química Portuguesa, de Portugal, Thunder Muntain EC, de los Estados Unidos y Siegfired CMSAG, de Suiza. ENACO S.A. actualmente cuenta con un capital de aproximadamente 15.000.000 de soles, lo cual equivale a 4.200.000 dólares. Aunque este capital ha estado variando a lo largo de los últimos años, ENACO S.A. tampoco ha generado ninguna ganancia.
Destapa felicidad
Nunca más se supo o se habló sobre el muchacho detenido en el aeropuerto extranjero. No se supo si buscó un abogado, y mucho menos cuántos años o qué sanción pretendían imponerle. La practicante le hacía charla al asistente sobre los productos que tenía la empresa. Sólo mencionó algunos, pero la practicante le mencionó que también había chocolates y dulces, como los que había visto en el mercado San Pedro, que contenían supuestamente coca. El hecho es que ENACO S.A. no cuenta con abogados internacionales para casos como estos. De hecho, la empresa está con procesos acumulados y varios problemas económicos por delante. El asistente contó también anécdotas con sus jefes, con dilemas que atravesaban a los productores de hoja de coca en sus terrenos, a quienes buscaban para el narcotráfico. Por supuesto, los productores, a veces, se ven forzados a vender al narcotráfico. Una de las causas es la falta de protección, y la otra (no menos importante) es la ganancia. ENACO S.A. no les compra la coca a un precio que les garantice a los agricultores sobrevivir y seguir cultivando. Esa es la razón por la que la recuperación económica de ENACO S.A debería ser importante para un balance entre el tráfico legal e ilegal de la coca.
Aquella tarde del llamado hacía buen clima, lo que es raro a esa hora del día en Cusco. A la salida se podía ver unos camiones y un par de camionetas que traían las hojas de coca comercializadas y también las incautadas. El vigilante estaba tomando el sol junto al perro guardián “Pocho”, que alguna vez había sido callejero hasta que lo adoptaron los policías que solían trabajar como apoyo para ENACO S.A. Tal vez la empresa hoy parezca perder poco a poco la importancia que debería tener a nivel nacional e internacional, y más aún la estabilidad económica que solía disfrutar. ¿Se debe al mal manejo del directorio y la gerencia, que no está en la sede central? ¿No es increíble que una empresa única en el mundo esté al borde de la quiebra? Tal vez se deba a los malos sueldos o al abandono de sus sedes en las distintas provincias. Curiosamente, en ENACO S.A., la oficina legal es la menos querida, ya que siempre tendrá que lidiar con las muchas demandas de los trabajadores y, obviamente, también con el sindicato de la empresa. Un gerente general solía ganar unos 11.000 soles, mientras que un trabajador promedio en la sede central gana entre 1.500 y 5.000 soles.
Esa misma tarde, la practicante se dirigía a la estación de buses y divisó una pequeña cabinita donde vendían snacks y dulces, entre ellos esos dichosos caramelos que había comprado aquel turista extranjero. Sólo por curiosidad, los compró para confirmar si realmente tenían o no la mención de la empresa. Como cuando uno sabe en qué va acabar la película pero, aun así, tiene la esperanza de que sea un final diferente, en efecto, no había ninguna mención a ENACO S.A. Con tristeza, un poco de culpa y algo de malicia, desenvolvió la envoltura del caramelo verde, que tocó con su lengua y saboreó con el sabor de lo prohibido de otros lares. Para su sorpresa, no estaba mal. Tenía el amargor de la hoja de coca al principio, pero luego solo quedaba el dulce. La practicante se hizo una tonta afirmación en su mente: “Esto le habría encantado al inca”.
La vida sabe bien
La ley peruana recalca perfectamente la situación y la relación que tiene con la hoja de coca y la diferencia con la droga ilícita de la pasta básica de cocaína o el clorhidrato de cocaína, entre otras drogas ilícitas. El artículo 66° de la Constitución Política del Perú señala que los recursos naturales renovables y no renovables son patrimonios de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento, y el artículo 67° preceptúa que el Estado promueve el uso sostenible de los recursos naturales. La hoja de coca es un recurso natural milenario, de evidencia histórica y patrimonio del hombre. Entonces, podemos decir que la hoja de coca es una planta ancestral y que tiene un uso justificado, y una tradición a lo largo de la historia del Perú. No por nada es una planta que tiene usos prácticos en la vida diaria de algunas personas. Es por esto que en el artículo 14° de la Convención de Viena de 1988 se establece el “respeto al consumo tradicional de la hoja de coca” y el artículo 61° de la Constitución establece que el Estado “facilita y vigila la libre competencia y evita el monopolio”, a excepción de ENACO S.A.
ENACO S.A. es, sin duda, un pilar para la producción y el control de la hoja de coca y para la reducción del narcotráfico. Hemos hablado de que la hoja de coca tiene sus beneficios: algunos la toman como mate para el mal de altura, otros dicen que hasta por el consumo de hoja de coca uno se conserva más joven y da resistencia. En el Perú hubo un caso de un exfutbolista peruano, José «Chemo» Del Solar, quien dio positivo en una prueba antidopaje en junio de 2002 por haber consumido un mate de hoja de coca con manzanilla (y no clorhidrato de cocaína). La Federación Peruana de Fútbol lo sancionó, aunque con la pena más leve considerando su trayectoria profesional ejemplar. Por el escándalo, sin embargo, perdió su trabajo como entrenador del equipo Sub 17 del Real Madrid. También en 2017 con Paolo Guerrero pasó algo similar. El jugador afirmó en su defensa que no consumió cocaína ni tomó mate de coca. Su teoría era que un té digestivo o un antigripal pudo haber estado contaminado con coca.
Si estas cosas pasan en la misma tierra donde se supone que la hoja de coca es una planta que se consume, a veces, de manera involuntaria, ¿cómo se espera que en otros países la acepten y la diferencien de la pasta básica de cocaína o el clorhidrato de cocaína? Es ahí donde debería entrar ENACO S.A, pues es la única entidad que debe autorizar o dar el visto a esos dichosos productos que contienen una cierta cantidad de hoja de coca. La aparición del nombre ENACO S.A. en letras pequeñas podría evitar muchos problemas legales, al mismo tiempo que la empresa podría generar buenas ganancias y seguir a flote, evitando que el narcotráfico se extienda. Es lo que podría ayudar a las personas a defenderse y no quedar varadas como aquel extranjero. ¿Y tú? ¿Ya conocías a ENACO S.A.?////PACO
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