Por Alejandro Soifer (@soifer)
El 25 de noviembre de 2012 Melissa King de 18 años fue coronada Miss Delaware Teen USA 2013. Su reinado fue corto: el 26 de febrero de este año, acosada por evidencia que la mostraba habiendo grabado un video porno amateur, renunció a su corona. En el medio, esta estudiante de comunicaciones con sueños de trabajar en una gran revista de moda, negó todo lo que pudo las pruebas casi ineludibles que la señalaban como la protagonista de un video de GirlsDoPorn.com
La muchacha siguió rechazando haber sido la protagonista del video que mostraban a una joven muy parecida a ella por unos días pero mandó una serie de twitts desde su cuenta oficial en la que era bastante fácil leer entre líneas una admisión.
La evidencia demoledora llegó el lunes 4 de marzo cuando los productores del video porno que ella negaba haber protagonizado liberaron un segundo video donde se la ve leyendo frente a cámaras que tiene 18 años y que está filmando esa escena por su propia voluntad y no sometida por nadie. Es un standard de seguridad de la industria porno que esta vez sirvió para exponer a la ex reina de belleza a quien rápidamente le ofrecieron ser la primera Reina de YouPorn por 250 mil dólares. Una cifra notablemente mayor que los 1.500 dólares que cobró por la escena que la despojó de su corona. Según los propios productores de la cinta, King había pedido ella misma protagonizar el video e incluso había pedido filmar otro más que le negaron porque su actuación había resultado muy frígida. Para empeorarle el panorama a la ex reina de belleza, todo el revuelo con su nombre hizo que se supiera también que tiene pedido de captura en el Estado de Maryland (fronterizo con Delaware) por cargos de posesión de alcohol cuando era menor de edad y robo.
Perder los privilegios por un video porno casero o amateur que se filtró no es ninguna novedad. Pero King, a diferencia de otras “estrellas” a quienes hackearon o pusieron en circulación su material íntimo en contra de su voluntad, produjo el video para una página de internet a cambio de dinero y sabiendo que sería público y observado por miles; luego sin ningún tipo de preocupación por la incompatibilidad que podría producirse se presentó en el concurso de belleza y lo ganó. Entonces, paradojalmente, el concurso de Miss Teen estatal terminó efectivamente premiando a un modelo de mujer y belleza de estos tiempos: la chica bonita, girl next door, que no tiene miedo de utilizar y mostrar su cuerpo a cambio de dinero ya no sólo como un maniquí impoluto sino también como una chica común y corriente a quien le gusta el sexo.
Al denegarle la corona a la Reina por haber filmado porno, al degradar a las «ex chicas Disney» que «derrapan» porque adquieren una actitud mucho más guarra (nunca llegando al porno explícito, con la excepción del caso de Chachi Telesco) el gran morbo sigue operando: lo prohibido, lo íntimo (el acto sexual) convertido en un mainstream de consumo masivo y circulación en redes cobra de nuevo su sentido de «prohibido» por el hecho de que las protagonistas se hicieron conocidas antes o después por una estética naïf y blanca.
En una web que explota de chicas haciendo porno con su novio o ex novio y una webcam, la blanca palomita que se convierte en una puta sigue siendo una forma clara de supervivencia en el mercado. La oferta de 250 mil dólares que recibió King, contra los 1.500 que había cobrado por su video original dan cuenta de esto a las claras.
El público de videos porno consume girls next door, la industria de la moda y la belleza también quiere girls next door y aún así la mezcla sólo le termina conviniendo a la industria porno.
La ruptura de la privacidad deja de ser una filtración cuando las personas que intervienen aceptan, por el motivo que sea, aparecer filmados ante una cámara manteniendo relaciones sexuales o en cualquier otra situación del reinado de lo íntimo. Ante la eventual y gradual desaparición de lo privado como género asistiremos también a la gradual caída del singificado de lo pornográfico por su generalización y masificación.///PACO