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1.

Es importante saber de entrada que estudiás una ciencia social. No estás estudiando física. Por lo tanto, hay que entender que vas a estar en una carrera en donde se lee más de lo que se hace cuentas. El economista argentino Julio Olivera decía que el profesional de las ciencias económicas es, en última instancia, un filósofo. Por eso señalamos que, esencialmente, la economía es política. Esto implica que hay intereses contrapuestos en la sociedad, por lo tanto, no hay sólo una forma de hacer economía, sino que va a depender desde qué intereses se pare cada uno.

2.

Con matemática no alcanza, pero sin matemática no se puede. Hay que aprender a vivir con ella y disfrutarla. La mejor forma es lograr hacer cálculos y funciones como quien se sienta a leer una novela o ver una película. Una vez que se aprende, se vuelve divertido. Como cualquier cosa que se ejercita, es cuestión de práctica. Si al empezar es difícil, sentarse dos horas y hacer ecuaciones es útil. Hacer ejercicios es un buen método para concentrarse. Si no te podés concentrar para leer textos teóricos, empezar con media hora o cuarenta y cinco minutos de álgebra sirve.

3.

Para ser un buen economista hay que ser un buen observador, por eso es importante ir al supermercado y hablar con las amas de casa, hablar con tus compañeros de laburo, ver películas y leer literatura. El economista francés Thomas Piketty señala que se puede observar la distribución de la riqueza en Francia en el siglo XIX leyendo a Balzac. Lo esencial de este punto es que la realidad económica va más allá de los gráficos y las tablas. La desigualdad, la desocupación, la distribución del ingreso nos afecta a todos, y por eso es importante saber escuchar e interpretar.

4.

El punto anterior no quiere decir que los datos no son importantes, por el contrario, ser riguroso con estos es mejor que tirar fruta. La cuestión pasa por saber usarlos y complementarlos. Estadísticas bien aprovechadas son tu mayor aliado para persuadir.  

5.

Un profesor que tuvo algún paso por la gestión pública es mejor que uno que nunca salió de la facultad.

6.

Leer los diarios es importante, al igual que estar actualizado en las investigaciones que se publican.

7.

Para estudiantes argentinos es importante tener una lectura federal, la riqueza del país no se genera solamente en Buenos Aires.

8.

Hay pocos economistas que escriben bien y fluido, hay que buscarlos y abrazarlos. Axel Kiciloff es uno de ellos, Thomas Piketty es otro.

9.

Tratá de investigar temas novedosos y de interés social. Cripto-monedas y energía son buenos tópicos.

10.

Es probable que a medida que avances en la carrera te hagas un poco más de derecha. No te preocupes, el que estaba equivocado eras vos.

11.

Si vas a escribir y publicar un texto, es vital explicar cuestiones complejas de forma simple. Esto no es psicoanálisis.

12.

Nunca vas a saber a cuánto va a estar el dólar.

13.

No vas a poder ayudar a tus amigos con sus inversiones, con suerte sabrás qué hacer con las tuyas.

14.

Hay que descartar la idea de estudiar economía para llenarse de guita. Como en cualquier profesión, para tener un buen sueldo hay que ser dedicado y trabajar mucho. Podés empezar siendo docente de media, empleado administrativo en una empresa o monotributista en el Estado y avanzar con paciencia. Si el motor es el deseo, mucho mejor. Para hacer plata rápido es mejor estudiar actuario o programación.

15.

La mejor prueba para saber si estás en la carrera indicada es cursar Historia del Pensamiento Económico. Si te quedás dormido en la silla cuando se habla de David Ricardo o Karl Marx, quizás estés en el lugar equivocado.

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