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Por Sebastián Napolitano

I
La primera vez que escuché con detenimiento a los Beatles fue en el colegio secundario. Un compañero me había grabado temas de diferentes épocas en un cassette. Podríamos decir, usando una palabra anacrónica, que eso era un compilado. La particularidad que tenía ese compilado era que algunos de los temas estaban grabados directamente de los discos de vinilo. Ignoro el procedimiento que utilizaba mi compañero para grabarlos. Acostumbraba escuchar ese cassette en un walkman mientras el micro del colegio nos llevaba a un campo de deportes frente a la cancha de River donde hacíamos gimnasia. En ciertos temas se llegaba a escuchar, en los silencios, el sonido de la púa. Un ruido similar al de la lluvia se producía mientras veía girar la cinta del cassette y el paisaje se volvía desolado a medida que el micro se acercaba al campo de deportes. Los temas hacia el final de cada lado del cassette se interrumpían abruptamente.

II
Algunos años después de esa primera aproximación a los Beatles conseguí un cd con la discografía completa. En esos años ya estudiaba en el conservatorio y casi no escuchaba otra música fuera de Beethoven o Bach. Empecé disco por disco, como un adicto, hasta que terminé de escucharlos todos. Creo que una de las cosas que más me llamaban la atención era la extraña sociedad de Lennon y McCartney. Al principio ignoraba que los temas firmados por ambos en la mayoría de los casos habían sido compuestos por separado. Empecé a ver en esa firma conjunta una suerte de pacto oscuro. A medida que fui aprendiendo a reconocer sus voces y sus estilos compositivos me entretenía especulando cuál de los dos había compuesto cada tema.

III
Hace muchos años vi una película protagonizada por Sean Penn. El personaje de Sean Penn, un padre con retraso mental, le decía a su hija que Michelle no sería nada si John no le hubiera propuesto el estribillo a McCartney. Durante años me pregunté si esto era cierto. El otro día le enseñé el tema a un alumno y cuando llegué al Fa menor del puente me acordé de todo este asunto. Ahora cuando tengo alguna duda y quiero saber cómo y cuál de ellos compuso cada canción recurro a Wikipedia. Wikipedia, entre otras cosas, nos ayuda a ahorrarnos esos lapsos de especulación. Nos evita esa rumia mental.

IV
McCartney nunca oculta sus influencias. Una gran cantidad de sus canciones son intentos de componer en un determinado estilo. Michelle, según él mismo declara, está inspirada en un tema de Chet Atkins, Trambone. Según se lee en Wikipedia, lo que el personaje de Sean Penn dice a su hija es cierto. Cuando Paul le muestra a Lennon las estrofas de Michelle, John le propone una melodía como estribillo, una melodía insistente solo con la frase que conocemos: “I love you”. Al parecer, esa mañana Lennon había escuchado una versión de I Put a Spell on You de Nina Simone. Ella agrega hacia el final del tema una melodía similar al estribillo propuesto por John con la misma letra y todo. Los Beatles que, desde su aparición, revolucionaron la forma de hacer canciones, fueron hermanos secretos de Maurice Ravel, un compositor francés de principios de siglo que proponía a sus alumnos plantarse ante la composición como un plagiario en el Louvre, que se imponía modelos, es decir, obras que admiraba, como punto de partida para cada una de sus obras. De estos extraños anacronismos también está hecha la historia del arte ////PACO