¿Qué es lo sagrado? Quienes practican religiones consideran sagrados aquellos fundamentos de su culto. Los agnósticos, quienes se perciben a sí mismos como una especie de humanistas, ven sagrados aquellos objetos o ideas que remiten al origen del ser humano en la Tierra y sus principales usos, costumbres y manifestaciones. Mientras, para cristianos y judíos, los lugares sagrados son –por ejemplo- las iglesias y mezquitas, para los agnósticos lo más cercano a lo sagrado pueden ser las pirámides, los museos o los fabulosos castillos medievales. Otros grupos tienen sus propios lugares sagrados: los ecologistas señalarán al Amazonas, los políticos al Congreso, los futboleros al Estadio Azteca. En muchas ocasiones no se percibe la intensidad del cariz sacro sino hasta que es amenazada su integridad.

El ejército yihadista del Estado Islámico tomó la zona donde se filmaron algunas partes de la triología de Star Wars, más precisamente donde nació Luke Skywalker: Tataouine.

En Medio Oriente casi todo es sagrado. En esa poco precisa zona de Europa y Asia se reúnen templos y espacios no sólo vinculados a un credo, sino a toda clase de grupos. El estado permanente de conflicto armado en el área trae a Occidente de vez en cuando más o menos la misma noticia: tal o cual elemento sagrado es amenazado por intereses bélicos. Recuerdo que después del ataque de EE. UU. a Afganistán, en 2001, la noticia que circulaba en los pasillos de la facultad donde estudiaba Historia era que las tropas norteamericanas habían destruido varios templos sumerios conocidos entre el alumnado por haber sido aquellos donde el hombre hizo las primeras cuñas y, por lo tanto, inventó la escritura. Con dolor, imaginábamos junto a mi compañero y amigo César la explosión de aquellos espacios que nuestra fe percibía como sagrados y que ya nunca podríamos conocer, ni aún consiguiendo una jugosa beca del CONICET.

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Hoy las agencias cuentan que el ejército yihadista del Estado Islámico tomó la zona donde se filmaron algunas partes de la triología de Star Wars, más precisamente donde nació Luke Skywalker. Tataouine, una provincia de Túnez, es el lugar que eligió George Lucas para filmar la infancia del héroe y que en la ficción lleva el mismo nombre aunque adaptado al inglés: Tatooine. El escenario fue visto sólo en EE. UU. por 178 millones de personas en cines y sería prácticamente imposible calcular cuánta gente lo vio en el resto del mundo en todos los demás formatos. A su vez, la saga de Star Wars es prácticamente un culto alrededor del mundo. Usted, lector, si no es ya un fan de las películas, puede mirar alrededor en este momento y seguro encontrará uno. Y no le costará ubicar algún verdadero fanático, alguien que considere que Star Wars es prácticamente una fe.

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La destrucción de monumentos históricos y sagrados tiene su propio lugar en la historia humana. La biblioteca de Alejandría, el Templo de Jerusalén y los Jardines Colgantes de Babilonia son los clásicos que se suman a los contemporáneos: Budas de Bamiyan -destruídos por talibanes en 2001-, las tumbas de la Sexta Dinastía de China –removidas para construir una especie de tienda Easy- o las pirámides del Perú -arrasadas por la minería-, son algunas de las víctimas que ya recuerda el joven siglo XXI.

Star Wars es una especie de Biblia de la modernidad, una obra que guía las reflexiones de artistas e intelectuales, canonizada a través de infinitos papers, artículos, libros y obras de arte.

Sin embargo, Tataouine no se parece en nada a estas maravillas. El paisaje es apenas curioso: casas como iglúes de arena y desierto hasta donde la vista alcanza. Hasta hace unas semanas toda clase de turistas visitaban la zona. Aunque probablemente fuera buscando alguna especie de turismo aventura, lo cierto es que la mayoría tomaba los múltiples tours no oficiales que llevan a los visitantes por los escenarios donde creció el pequeño Luke. Las extrañas tierras de Tataouine son sagradas para quienes ven en Star Wars una especie de Biblia de la modernidad, una obra que guía las reflexiones y creaciones de artistas e intelectuales, canonizada a través de infinitos papers, artículos, libros y obras de arte. Tatauine ahora es una zona de guerra cercada por el ejército que aterroriza a Medio Oriente. ¿Correrá el mismo destino que aquellos lugares sagrados barridos por la violencia humana? Si bien el valor de histórico y espiritual de Tatuine es por ahora debatible, es muy probable que en el siglo XXV la Biblioteca de Babel sea la internet de nuestro tiempo, que las reliquias del futuro sean piezas de la cultura hiper-popular como Star Wars, y que Tatuine ocupe el lugar que tienen los monumentos que hoy más se repiten en los libros de historia y en los catálogos de las agencias de viaje//////PACO