I

¿Cómo se supera el primer gran Mundial de los memes? Con más memes. A pesar del candor aparente de su país —un Estado narcolavador de población avejentada y culturalmente zombie que nació como un apéndice del Río de la Plata inventado por Inglaterra para tener un puerto neutral y que, según Jorge Abelardo Ramos, el propio Artigas reconoció como una colonia gris en su lecho de muerte—, Luis Suárez llevó las cosas más allá y convirtió su propio nombre en un meme: Chewy Luis. A Giorgio Chiellini, por su parte, el italiano al que mordió, le tocó convertirse en un meme de menor categoría.

Nueve partidos internacionales prohibidos y cuatro meses alejado de toda clase de práctica futbolística es un precio considerable por la memeización absoluta de Suárez, que arrastraba al principio del Mundial una postal de víctima —el lesionado marginado del Liverpool que lucha por regresar y lo logra ayudando a eliminar a Inglaterra— que la FIFA corrigió con la fuerza de la ley. En ese pasaje rápido y patológico —el de la víctima que puesta en un espacio de mínimo poder se dedica a morder— se decantan algunas cuestiones culturales interesantes y probablemente los deseos conscientes e inconscientes de cualquier burócrata del INADI. (Respecto al pensamiento pueril y victimizado: en cada argentino que “hincha por Uruguay” hay menos confusión o lobby marihuanero que una triste y profunda ausencia paterna, que intenta resolverse piadosamente con la fantasía de la Patria Grande).

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II
En su habitación de hotel en Natal, mientras tanto, Chewy Suárez recibió la noticia de la suspensión como cualquier uruguayo recibe cualquier noticia: una mezcla de confusión permanente y desidia moral. La misma que supura José Mujica cada vez que disfraza la permeabilidad real de su país ante los claroscuros más siniestros del capital internacional con poses maniqueas de austeridad (porque donde hay austeridad, sin dudas, está lo bueno y lo justo, aunque si están pisando Punta del Este o el Chuy, más vale mirar dos veces).

Si Uruguay no es eliminado por Colombia este fin de semana y la farsa de la buena onda y la garra celeste sigue, Suárez ni siquiera va a poder verlo en directo porque la FIFA le prohibió incluso entrar a los estadios mientras dure el Mundial y además va a tener que pagar una multa de 65.000 euros por lacerar la carne viva de Chiellini. (Este horizonte caníbal, por supuesto, abre nuevas posibilidades deportivas para Suárez y, como dijo Mariano Canal, tal vez sea tiempo de unir su nombre al de la larga tradición de rugbiers caníbales de su país).

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III
Por su lado, los memes pueden ser un termómetro útil para medir la incidencia del Mundial en una audiencia global que por primera vez puede ver un espectáculo de esta categoría de manera masiva en HD y en países cada vez más diversos (oh, espectro de la diversidad). La diversidad, esta vez, no es la metáfora correcta para referirse a países débiles y subdesarrollados sino todo lo contrario. Estados Unidos, por ejemplo, con una selección construida en base a su sólida tradición cosmopolita y un sistema fronterizo vulnerable a las invasiones bárbaras, llega a octavos de final con un equipo para el que también sumó la experiencia mercenaria de Jürgen Klinsmann. Que el noventa por ciento de los memes sobre Suárez estén escritos en inglés, en tal caso, no es una casualidad (los británicos, por su lado, ya habían hecho los suyos antes del partido de Inglaterra, aunque ninguno superó a las tapas de The Sun).

¿Qué comunica un aluvión de memes sobre el Mundial y qué comunica un aluvión de memes sobre Chewy Suárez? Ante todo, relevancia y confluencia entre las audiencias y un contenido (y el contenido es el Mundial). ¿Podrá afianzarse la industria futbolística, al fin, en un país que no solo juega una ridiculez abstrusa llamada baseball sino que además llama football a una versión hipertrofiada del rugby? ¿La psicopatología de Luis Chewy Suárez será recordada en las clases de Marketing del futuro como un evento trascendental en la historia de la exportación global de prácticas culturales? Son preguntas ridículas y sensatas que tal vez tenga sentido hacerse durante la aguda abstinencia del primer día del Mundial sin partidos/////PACO

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