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«Confiamos en nuestras ideas»

En la Argentina, el derrotero del liberalismo siempre fue raro, heterodoxo, cimarrón. Traducciones imperfectas, idioscincracias locales, líderes y programas políticos manipulados, entre otros factores, cimentaron progresivamente un sentido común que vinculó históricamente en nuestro país al liberalismo con intereses sectoriales o conservadores.

Hace pocos años, sin embargo, nació el Partido Liberal Libertario. Su génesis, según la entrada de Wikipedia, lo vincula al intercambio en las redes sociales y, específicamente, a un grupo de Facebook llamado «Quiero que exista un partido liberal en la Argentina».

El PL fue creciendo poco a poco, y progresivamente logró obtener un pequeño lugar en los medios gracias a algunas acciones llamativas: cuestionaron a Mauricio Macri por la legislación que prohíbe que puedan entrar más de dos personas a las habitaciones de los hoteles alojamiento (argumentando que debe ser el comerciante quien fije las reglas de admisión y no el Estado), participaron en la última marcha por la legalización de la marihuana, se movilizaron en contra de la SUBE y desafiaron el control de cambio establecido por el gobierno nacional cuando, una mañana de Mayo de 2012, se pararon en plena calle Florida a vender dólares a los transeúntes que quisieran comprarlos.

Nos contactamos con Franco Daniel Amati, administrador de sistemas, natural de Lanús y dirigente del partido, y le hicimos algunas preguntas acerca de la actividad del PL, de cómo entienden la política nacional en la actualidad y a qué tipo de país aspiran. Estas son las respuestas.

¿Cómo funciona el partido en el contexto del sistema institucional y democrático argentino? ¿Tienen aspiraciones electorales?

El partido se conformó operativamente en el 2010 a partir de una idea que surgió en las redes sociales entre personas que en su mayoría no se conocían entre sí, ni tenían experiencia política previa. El disparador estimo que fue el no sentirse representados por ninguna opción política de las existentes (en Argentina ningún político habla de libertades individuales, de sacarle poder a los gobernantes y redistribuirlo entre los ciudadanos, o de eliminar la pobreza por medio de una economía de mercado como la de países como Nueva Zelanda, Canadá o Australia).

Si bien el partido se inscribió inicialmente en la Ciudad de Buenos Aires, hoy también estamos conformándonos en Córdoba, Santa Fe y provincia de Buenos Aires.

Creemos que obteniendo representación parlamentaria, aún siendo escasa, es posible influir con mayor facilidad en el debate político donde hoy sólo se discute qué tanto imponer o dirigir sobre la vida de las personas. Mientras tanto nos movilizamos en defensa de nuestras libertades civiles, políticas y económicas, desde vender moneda extranjera como protesta en la esquina de Florida y Lavalle (libertad para utilizar o disponer libremente de nuestro salario), a participar en marcha por la despenalización de la marihuana (libertad para introducir sustancias en nuestro cuerpo siendo adultos responsables de nuestros actos).

Un escenario hipotético: el partido crece, crece mucho, y logran disputar y ganar elecciones presidenciales, ¿cuáles serían cinco políticas fundamentales que implementarían?

En realidad la mayoría de ellas debería venir del Congreso y no del Poder Ejecutivo, porque eso es lo que establece la Constitución Nacional.

Podría enumerar políticas relativas a combatir la inflación mediante la derogación del curso forzoso, y terminar con la emisión monetaria del Banco Central (BCRA). Esto quiere decir quitarle el poder al BCRA de licuar los salarios y ahorros de los argentinos, algo que los asalariados ya conocemos de memoria.

Además consideramos necesaria una reducción del tamaño del Estado expresado en gasto público y presión tributaria. Así evitamos que se obstruyan los proyectos que crean riqueza, sostenible en el largo plazo.

Más en el plano de las libertades individuales nos oponemos a los «delitos sin víctima», es decir aquellos que criminalizan conductas que no lesionan derechos de terceros. Se trata de una intromisión en los planes de vida de los demás, y además nuestra Constitución prohíbe que se legisle en ese sentido.

En el plano educativo, promovemos la libertad de contenidos de la currícula y de métodos de enseñanza en conjunto con vouchers escolares. De esta manera serán las escuelas y los profesores los que determinen los planes de estudios, no los políticos. Asimismo, los vouchers escolares permiten que los más necesitados tengan acceso a una mejor educación, pudiendo elegir mediante ellos a establecimientos educativos hoy inalcanzables. Métodos alternativos de enseñanza posibilitan también nuevas opciones en competencia con el anticuado sistema prusiano que, en líneas generales, se sigue utilizando en la actualidad.

Por último podría mencionar una de las políticas más nefastas que sostiene todo el sistema de privilegios que reciben los empresarios prebendarios cercanos al gobierno a expensas de los salarios de todo el resto: las restricciones aduaneras. Es necesario un comercio libre para promover un verdadero desarrollo, eliminando el corporativismo y las medidas que lo obstruyen.

El lema del partido es «Derechos individuales, mercados libres y no agresión», ¿podrías precisar un poco de qué el sentido de esa frase?

A lo que apuntaba ese mensaje era a disminuir la injerencia del Estado en nuestras vidas. Desde el PL vemos al Estado únicamente como defensor de nuestros derechos individuales, y acotado a garantizar justicia, seguridad, salud y educación.

No creemos que el Estado deba decidir por nosotros como ahorrar para nuestra vejez, que alimentos o sustancias podemos consumir, que productos podemos exportar o importar, o que religión debemos sostener económicamente. Por el contrario, consideramos que las decisiones deben partir de cada persona, y que cada una de ellas debe ser libre de hacer lo que desea mientras no agreda a terceros en su accionar (principio de no agresión).

Hoy tenemos un Estado que abona sueldos millonarios a los dirigentes de la AFA (Fútbol para Todos), o que mantiene a una aerolínea que genera importantes perdidas que pagamos todos nosotros. Esto lo paga incluso una persona en la más absoluta pobreza, cuando abona un 21% de IVA en sus alimentos, sin importar que nunca haya tenido los ingresos suficientes para realizar viajes aéreos. Mientras tanto las funciones esenciales del Estado siguen sin ser brindadas, y esa misma persona no tiene garantizado un servicio de salud siquiera aceptable.

Asimismo tenemos un Estado que afecta nuestra privacidad obteniendo cada vez más información sobre nosotros, nuestros traslados mediante la tarjeta SUBE, nuestras compras mediante tarjeta de crédito, nuestros datos biométricos mediante el sistema SIBIOS, etc.

Leyes como la antiterrorista, solicitada por organismos internacionales, y el excesivo poder de nuestros gobernantes, no solo son un peligro latente, sus efectos se ven en violaciones concretas a los derechos individuales por parte del aparato estatal, como sucedió con la represión a la comunidad qom en Formosa.

¿Cuál es la opinión del partido en relación a la tradición del liberalismo en la Argentina? ¿Qué «padres» reconocen y de cuáles de los que se han llamado «liberales» desconfían?

Es difícil analizar los hechos pasados con los estándares de hoy, pero no quedan dudas de que Juan Bautista Alberdi, inspirador de nuestra Constitución Nacional, es un referente para el partido. Luego podemos resaltar actitudes o conductas afines en particular, por ejemplo en Leandro N. Alem. También, por más extraño que parezca, en socialistas como Juan B Justo, contrarios a la creación de un Banco Central o de imponer barreras proteccionistas al comercio internacional.

En ocasiones se asocia el liberalismo únicamente a lo económico, cuando el mismo es en realidad una filosofía completa donde lo económico se desprende del ejercicio de la libertad individual. Esto, creo yo, dio lugar a que conservadores en ocasiones sean vistos como liberales pese a que olvidaban por completo la defensa de la libertad en temas sociales, o en libertades civiles y políticas. El liberalismo por naturaleza es desconfiado del poder y abierto a los cambios culturales, progresista en el real sentido de la palabra. En Argentina se llegó al ridículo de etiquetar de «liberales» a personas que se opusieron a la ley de divorcio o participaron de gobiernos no democráticos, por poner algunos ejemplos. En este sentido tal vez el «libertario» en el nombre del partido ayuda a diferenciarse de estos casos.

También hay quienes han calificado de afín al liberalismo al peronismo de Carlos Menem, pero los hechos marcan otra cosa: aumento de impuestos (IVA), aumento del gasto público, aumento de la deuda pública (mediante organismos internacionales de crédito como el FMI), corporativismo, convertibilidad, nula división de poderes, reelección, confiscación de ahorros en plazo fijo (plan BONEX), generación de mercados cautivos y monopolios privados, creación de la CoNEAU para controlar y «acreditar» carreras universitarias (solicitud del Banco Mundial), y la lista sigue.

Finalmente, ¿cómo imaginan que debería crecer el partido de aquí hacia el futuro?

Confiamos en nuestras ideas y estamos formando el partido para introducirlas en el debate nacional, difundiendo las propuestas de libertad sin hacer concesiones a la izquierda ni a la derecha.

No buscamos crecer a cualquier precio ni perseguimos un resultado inmediato de nuestra acción política. Queremos un partido de principios, nuevo, limpio y transparente con vocación de permanencia a largo plazo y de crecer poco a poco del modo más ético: convenciendo de nuestras ideas a otras personas e invitándolas a sumarse.